domingo, 22 de fevereiro de 2015

Viejas Manías de Gatos y Gatas


Desde tiempos inmemoriales, aunque no haya exactitud ni documentación comprobatoria al respecto, a los terráqueos se les ha dado por preguntar por qué razón los perros roen huesos que ya están más pelados que bola de billar; por qué a los vecinos les gusta más la mujer del prójimo que la que tienen en casa; cual es el motivo que hace que una caja realice la felicidad de un gato, y otros cuestionamientos por el estilo y similitud… Cuanto a los gatos, me refería a los de cuatro patas, obvio.

En todo caso, quien convive con un felino doméstico sabe bien lo que significa para ellos entretenerse con una caja. Sin embargo, muchos no consiguen entender por cual motivo ellos gustan tanto de un lugar apretado. A bien verdad, aunque la ciencia aún no sabe lo cierto del asunto, unos biólogos holandeses fueron atrás de la respuesta. Y finalmente arriesgaron a dar un palpite: herencia de la vida predatoria.

Para llegar a esta conclusión, ellos dividieron 19 gatos en dos grupos y los colocaron en dos ambientes diferentes. Un grupo tenía algunas cajas disponibles para poder esconderse y el otro no. Y así, durante 14 días, los investigadores observaron cual era el comportamiento y las señales de estrés de los animales.

Como resultado, los gatos que tuvieron acceso a las cajas quedaron bien menos estresados: ellos se adaptaban más rápido al nuevo ambiente y demostraban más interés en obrar recíprocamente con humanos.

Por supuesto que este tipo de conclusión no aclara mucho la cuestión y una pléyade se estará preguntando lo qué eso quiere decir.

Pues bien, según la investigación, los resultados muestran que las cajas son para los felinos una protección, funcionan como un buen escondite para cazar o huir de otros predadores.

Claudia Vinke, una de las autoras de la investigación, se ha encargado de explicar: “Esconderse es una estrategia comportamental utilizada por la mayoría de las especies para lidiar con las mudanzas en el ambiente y con el estrés”,

Por tanto, mi gatuno leyente, siguiendo estas recomendaciones y aplicando la lección dada por estos maestros del saber gatuno: consiga cuanto antes una caja para su gato. Pues adaptado o no, lo cierto que él se pondrá más feliz y menos estresado cuando vea a alguna de sus vistas a su alrededor… Cuanto al otro gato de dos patas que usted tiene en casa, lo recomendable es que de vez en cuando lo encierre en el ropero durante algunas horas, principalmente si llegan visitas femeninas más jóvenes que usted.

Como sea, si el uso de la caja o el ropero resulta en una solución o no, no hay más remedio que concordar con lo mencionado un día por el alienado de Friedrich Nietzsche, cuando se le ocurrió mencionar que “los animales ven en el hombre un ser igual a ellos que ha perdido de forma extraordinariamente peligrosa el sano intelecto animal, es decir, que ven en él al animal irracional, al animal que ríe, al animal que llora, al animal infeliz…

Ergo, mismo que ésta tan propalada profecía no posea el frescor dinamarqués o la aflictiva dramaturgia shakeseariana, parece inútil querer filosofar al respecto de la Nada mientras corremos por los jardines del Edén…  ¡Impresionante!

(*) Libros y e-book disponibles en: Livraria Saraiva: www.saraiva.com.br; Livraria Siciliano: http://www.siciliano.com.br; www.clubedeautores.com.br/carlosdelfante; y en: Plataforma editorial Bubok: www.bubok.es/

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