Desde
lo antiguo, lo buenos
modales mandan que uno nunca debe reírse de ciertas ocurrencias por más
hilarantes que estas puedan ser, y principalmente ahora, cuando nos enteramos
que un grupo de mujeres no solamente acredita que llegó a mantener intensas relaciones
sexuales apasionadas con extraterrestres, sino que también afirman que han tenido
hijos decurrentes de esos encuentros íntimos.
Reforzando
lo que dije, para que no piense el leyente que ando bebiendo temprano por la
mañana, y para los que ya enjuician que estas revelaciones suenan para más allá
de burlescas, incremento la información agregando que estas incitadas mujeres
hacen parte de la “Comunidad de Bebés Híbridos” con sede en California, Estados
Unidos, quienes acreditan que a esos sicodélicos alienígenas se les ha dado por
concebir hijos medio-humanos medio-extraterrestres y a posterior se los están llevando
no se sabe a donde en una nave espacial gigante.
Por
ejemplo, Bridget Nelson, una fémina terráquea de 27 años, es de las que afirma
que ya ha dado a luz diez bebés alienígenas, comentando: “Ellos no se llevan
apenas nuestros hijos, sino que están creando una raza híbrida para mejorar la
humanidad”.
Exaltada por
causa de esos recuerdos lascivos-nocturnos-galácticos, ella relata que tuvo
experiencias sexuales con alienígenas en sus naves espaciales… “Fue óptimo. Una
experiencia sexual súper primitiva y cruda… Había mucha libertad y nosotros
estábamos muy involucrados en la acción… Fue la mejor relación sexual que ya
tuve en mi vida”, terminó contando al “Mail
Online”.
Como sea y
fuere y sin necesidad de ahondarme en comentar tales actividades
carnales-lúbricas-espaciales, estas integrantes de la mencionada comunidad californiana
están entre una multitud de individuos que afirman haber mantenido ya relaciones
sexuales con alienígenas, como es el caso del artista David Huggins, que pinta
imágenes de su amante extraterrestre llamada Crescent… Quizás por una cuestión
de dolor de guampas.
En todo
caso, Nigel Watson, autor del “Manual de Investigaciones de OVNIs”, llegó a
comentar: “Experiencias como estas asombran las personas durante toda la vida. Por
ejemplo, en su libro ‘Communion’, Whitley Strieber describe haber sido abducido
por alienígenas que introdujeron una sonda de 30cm en su ano. Parecía ser algo
vivo, entonces él quedó sorprendido cuando vio que se trataba de un dispositivo
mecánico después del mismo haber sido retirado de su orificio trasero cúbito
dorsal”… El que luego tuvo que tratar con pomadita Hipoglós.
Es el
mismo Watson quien agrega: “Muchos de esos casos salieron a la luz del sol en la
década de 60, pero fueron ampliamente ignorados por los ufólogos, que sólo querían
probar que los OVNIs eran aeronaves robóticas venidas del espacio. Los encuentros
y abducciones alienígenas sólo comenzaron a ser seriamente considerados en las investigaciones
en la década de 70”… “Durante este periodo, el caso de Antonio Villas Boas fue el más impresionante. Él afirmó haber sido arrastrado para dentro de
un disco volador y forzado a mantener relaciones sexuales con una bella
alienígena del sexo femenino. Cuando él salió de la nave, ella apuntó para su vientre
y después para el cielo, demostrando que ella tendría un hijo suyo en algún
lugar del espacio”.
Con todo,
para algunos ufólogos estas declaraciones y muchos otros casos similares parecen
indicar que los alienígenas está conduciendo un programa de reproducción
híbrida con el objetivo de crear una raza de “súper seres”, no obstante el
objetivo final de esta tarea sea desconocido por nosotros.
Por su
vez, los escépticos de siempre que hacen profesión de desconfiar hasta de la
sombra, afirman que estas experiencias probablemente son producto de la parálisis
del sueño, situación en la cual las personas no son capaces de discernir entre
fantasía y realidad durante un período inmediatamente después de despertar”.
¿Será que
es a esto lo que solemos llamar de satisfacción del deber cumplido? Al
contrario de lo que puede haber parecido, no hay ninguna ironía en esas
palabras, pues lo que en ellas rezumba es tan sólo un cansancio al que
apetecería llamar de infinito si no fuera de tal manera manifiesta y
desproporcionada la exageración del calificativo… ¡Impresionante!
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