No hay que llegar al desespero, porque el fenómeno de los
objetos que aparecen y desaparecen corresponde a una situación que se repite a
diario con cualquiera y en todos los hogares del mundo. El accidente del objeto que desaparece y en
ocasiones vuelve a aparecer, es un milagro que atiende a varios
nombres: “El Efecto Dopler (DOP), o también conocido como “Jotts”.
Por cierto, lo más seguro es que esto ya le haya ocurrido
al olvidadizo leyente en alguna ocasión. Por lo que surge la clásica pregunta:
¿Cuál puede ser la causa?
En general, en este tipo de desapariciones siempre hay
implicado un objeto que la persona siempre deja en el mismo lugar. Cuando este
objeto va a ser utilizado, ya no está, sencillamente ha desaparecido. La
persona lo busca, incluso a veces involucra a otras personas en esta búsqueda,
pero no se encuentra nada. Al poco tiempo, o al día siguiente, mágicamente el
objeto reaparece en el lugar donde siempre lo dejaba o en un lugar visible. La mayoría de las ocasiones no hacemos caso al hecho o simplemente
pensamos que es un descuido por nuestra parte, porque todos los casos no tienen
una explicación tan sencilla como parece.
Por veces, si tal hecho no necesariamente ocurre
en la casa u oficina, debido a ese descuido pasajero u olvido cualquiera de
parte del humano -no necesariamente cabeza de viento-, éste se obliga a recurrir
de inmediato al auxilio de la sección de hallados y perdidos, una división
gubernamental comúnmente llamada muy pomposamente de “objetos o documentos perdidos custodiados por la Oficina
de Objetos perdidos” para dar
con lo que se ha extraviado en algún lugar. Puede ser paraguas, bolsa, paquete,
sobretodo, portafolio y, porque no, equipaje, maletín o mochila… Niños o
adultos no son aceptos, aunque es más que sabido que muchos de estos últimos
pierden la cabeza por nada… Menos aún novios/as o maridos.
Con todo, estamos al tanto que siempre ha
existido una excepción a la regla, y por eso ahora se da el caso de un reciente
hallado que está intrigado a investigadores en la Rusia de las eternas estepas
y alba nieve.
Me refiero a dos cráneos de criaturas
desconocidas que fueron encontrados dentro de una maleta que en su exterior contiene
un símbolo de una “sociedad secreta” dentro del nazismo. Lo más asustador, es
que aparentemente el material no corresponde a ninguna criatura identificada
por la ciencia… Y ya se sabe que de don Putin no es, porque está vivo y
preocupado con el escándalo de “Panamá Pappers”.
Mismo así y de vuelta a lo principal, ya que de
dos pérdidas y dos hallazgos se trata, de acuerdo con los periódicos rusos, la
maleta con el símbolo de “Ahnenerbe” que guardaba los cráneos está conservada y
en perfecto estado… Menos los cráneos, vacíos de ideas, ya que sus dueños están
muertos.
Se sabe que la tal maleta fue encontrada en las
montañas de Adiguésia, al lado de construcciones megalíticas de la región, hasta
donde los miembros de la “Ahnenerbe” se dislocaron en 1941 para investigar los
antiguos dólmenes (especies de túmulos), en los cuales, dicen, estarían
enterrados restos de una raza desconocida.
Para quien no está por dentro del tema, la
República de Adiguésia es uno de los centros de cultura megalítica más
importantes del mundo, la cual fue desarrollada entre los siglos IV e I a.C.. Con
todo, también conocidos como “túmulos del portal”, los dólmenes del Cáucaso se extienden
a lo largo del litoral del Mar Negro, en la región de Krasnodar y de Adiguésia.
Mi amigo,
no fuese por esta acreditable clarividencia interior que poseo desde niño, no
habría como mantener el alienante optimismo surreal que me rodea, a no ser,
claro, conciliando universos con el mismo negror pesimista de un Artaud, aunque
la blancura del Cáucaso por momentos me ciegue… ¿Quedó claro?
(*) Libros
y e-book disponibles en: Livraria Saraiva: www.saraiva.com.br; Livraria Siciliano: http://www.siciliano.com.br; www.clubedeautores.com.br/carlosdelfante; y en: Plataforma editorial Bubok: www.bubok.es/