Incalculables
han dedicado gran parte de su vida a buscar oro, y mismo que sólo hayan
encontrado el del moro, lo han realizado en los lechos de los ríos, en las
cavernas, al ras del suelo, y hasta en las bóvedas de algunos bancos. Excepto
los imbéciles de los nazis, quienes también lo hacían entre las dentaduras de
sus mártires judíos.
Sin
embargo, y conforme lo indica una de las grandes leyendas de la humanidad, también
lo han hecho en la isla de Atlántida. Y sobre este mismo escollo, hoy se sabe
que él puede estar más cerca de nosotros de lo que nunca imaginamos.
En verdad, eso
se debe a raíz del resultado obtenido por un grupo de buceadores, los que han
encontrado recientemente una enorme cantidad de “oricalco”, un tipo de metal
muy valioso que llegó a ser citado por Platón -el puntilloso discípulo de
Sócrates- en “Crítias”. En dicha obra, -al igual que muchos de nosotros-, decepcionado con la democracia ateniense y también
corriendo riesgo de ser perseguido por haber sido discípulo del ya nombrado, Platón
necesitó gastar la suela de sus zapatillas y viajar por diferentes lugares en
busca de nuevos conocimientos, hasta que se le dio por afirmar que la extracción del mineral de oricalco era realizada apenas
en Atlántida.
Como sea,
parece que la gran cantidad del oricalco encontrada por estos buzos estaba dentro
de un navío que fue hallado en el fondo del mar en las proximidades de Sicilia,
al sur de Italia. Sobre el naufragio, los especialistas estiman que tendría ocurrido
hace 2600 años, por cuenta de una tempestad.
Y aunque
muchos escépticos no acrediten en estos escafandristas, resulta que en dicha
embarcación fueron encontrados nada menos que 39 bloques de oricalco. No
obstante este tipo de material sea considerado un poco menos precioso que el
oro.
Pues bien, según
la vetusta leyenda, el oricalco era extraído en Atlántida y usado en gran cantidad
en esa misma isla. Por lo que los industriosos hacedores de historia -que siempre
existieron desde la época del ñau- cuentan que ese lugar contaba con un templo
para Poseidón, el dios de los mares, y que este tenía todo su interior recubierto
por esa piedra preciosa.
Exceptuando
estas originalidades inventivas de antaño, actualmente, algunos especialistas en
el asunto afirman que el oricalco no es más que una liga de bronce que era obtenida
a través de la reacción del mineral de zinc con carbón, cobre y metal. Pero de
cualquier forma, ahora el equipo responsable por el descubrimiento busca escavar
un poco más el lugar del naufragio, y espera más hallazgos para lograr completar
el quiebra cabeza sobre las historias de la Antigüedad.
Siendo así,
ya no importando lo que se encuentre un día en los mares de Sicilia, me doy
cuenta una vez que reviso la segura maleabilidad de los hechos, todo esto puede
parecer chocante para los neófitos. No obstante, en un mundo tan absolutamente
cuadrado, como podría hurtarme la satisfacción de exhibir otras formas que, por
su propia y mágica sinuosidad imaginativa, no se contrapongan a los
cuadriláteros síntomas de la estupidez actual… ¿Me diga cómo?
(*) Visite el blog “Infraganti!!! Imágenes sin retoque”, http://guillermobasanez.blogspot.com.br/...
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