Como el año
recién ha comenzado y el buen leyente aún está repleto de promesas de mudanza
que realizó antes o inmediatamente después de los brindis, besos y abrazos -no
siempre fraternales- durante la noche del último 31, quizás sea oportuno que tenga
en cuenta lo que menciona el sitio “Psychology Today”, ya que alguien se ha
tomado el trabajo de elaborar una lista con los cinco trastornos de
personalidad más frecuentes que todos sufrimos.
En todo
caso, no hay que olvidar que el estudio de la personalidad humana o “carácter”
remonta a la antigüedad. En sus personajes, Tyrtamus, conocido como
“Theophrastus” o “Habla Divina” por su contemporáneo Aristóteles, divide las personas
de Atenas del siglo IV a.C. en 30 diferentes tipos de personalidad. En verdad,
estos personajes ejercieron una fuerte influencia sobre los estudios subsecuentes
de la personalidad de los seres humanos en Francia y en Inglaterra.
El propio
concepto de trastorno de personalidad es mucho más reciente, y tímidamente
remonta a la descripción realizada en 1801 por el psiquiatra francés Philippe
Pinel, llamada de “manie sans délire”, una condición que él caracterizó como
explosiones de rabia y violencia (“manie”) en la ausencia de cualquier señal de
enfermedad de psicóticos, como delirios y alucinaciones (“délires”). Más o
menos 60 años después, en 1896, el psiquiatra alemán Emil Kraepelin describe algunas
formas de comportamiento anti social, bajo la égida de “personalidad
psicopática”, donde los principales trastornos de personalidad incluyen al
paranoide, esquizoide y esquizotípico:
1. Trastorno
de personalidad paranoide - El que
sufre trastorno de personalidad paranoide se caracteriza por una desconfianza
generalizada de los otros, incluso amigos y familiares más próximos. La persona
anda siempre desconfiada y constantemente en busca de pistas o sugestiones para
confirmar sus miedos. Él o ella tienen un fuerte patrón de auto importancia y derechos personales,
y son excesivamente sensibles a atrasos y/o recusas. Estos individuos sienten vergüenza
y humillación con facilidad, y persistentemente cargan rancores con su situación
de vida.
2. Trastorno
de personalidad esquizoide - El término
fue acuñado por Bleuler en 1908. La expresión “esquizoide” designa una tendencia
natural para trasladar la atención para la vida interior y bien lejos del mundo
externo. En el trastorno de personalidad esquizoide la persona se aísla y encierra, y es propensa a una gran introspección y fantasía exagerada. Él o ella no tienen ningún deseo en tener otras relaciones
sociales o sexuales, y es indiferente con relación a los otros y con las normas
y convenciones sociales, además de carecer de respuesta emocional. En casos
extremos, él o ella pueden parecer una persona fría e insensible.
3. Trastorno
Esquizotípico - Este trastorno se
caracteriza por exquisiteces de apariencia, comportamiento y disertaciones extrañas,
junto con anomalías que pueden ser semejantes a los observados en la esquizofrenia.
Las anomalías de pensamiento pueden incluir dogmas extraños, pensamiento
mágico, desconfianza, discursos obsesivos y experiencias perceptivas incomunes.
Una persona con trastorno esquizotípico muchas veces teme una interacción
social más íntima y ve a las otras personas como mal intencionadas y
potencialmente prejudiciales. Eso puede llevarla a desenvolver las llamadas
“ideas de referencia”, que son las impresiones fugaces y la creencia de que los
objetos, personas o situaciones tienen un significado especial para él o ella.
4. Trastorno
de personalidad antisocial - Este
trastorno comprende el disturbio paranoide, esquizoide y esquizotípico antisocial,
de incerteza, e histriónico (el que se incomoda cuando no es el centro de las
atenciones), además es narcisista. El mismo Schneider amplió el concepto de trastorno
de personalidad para incluir aquellos que “sufren con su anormalidad”, ya que el
trastorno de personalidad era más o menos un sinónimo de trastorno de
personalidad antisocial. Ser antisocial es mucho más común en hombres de que en
mujeres, y el comportamiento es caracterizado por una indiferencia insensible a
los sentimientos de los otros.
5. Trastorno
de incerteza - En el trastorno de
incerteza, la persona no tiene, esencialmente, un censo de sí, y como resultado
de experiencias y sentimientos vacíos, ella tiene recelos de abandono. Hay un
patrón intenso, pero inestables de relaciones, inestabilidad emocional, explosiones
de rabia y violencia (especialmente en respuesta a la crítica), y un comportamiento
impulsivo. Amenazas de suicidio y actos de automutilación son muy comunes en personas
con ese trastorno.
Digo esto,
porque si el leyente tiene algún problema, quiero darle un empujoncito, aunque
más no sea anímico, ya que hasta incluso los ánimos más fuertes tienen momentos
de irresistible debilidad, que es cuando el cuerpo no consigue comportarse con
la reserva y la discreción que el espíritu durante años le ha ido enseñando… ¡Manie
sans délire!
(*) Visite el blog “Infraganti!!! Imágenes sin retoque”, http://guillermobasanez.blogspot.com.br/...
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