Usted,
que siempre anda poniendo cualesquiera moneditas en la alcancía de la iglesia,
si le cuento lo que está ocurriendo en una de las más tradicionales Órdenes
religiosas de la Iglesia de Roma, seguramente dirá que es invención mía y
quizás un resultado dipsómano de mis recientes festejos.
Si es
así, hasta el menos apostólico de los lectores se engaña en su juicio, pues
conforme lo anunció el superior de la orden de los Franciscanos, Michael Perry,
en una carta abierta en la cual apela a la solidaridad, se menciona que “dicha
orden está enfrentando una situación financiera muy grave, en consecuencia de
fraudes”.
En todo
caso, conforme lo publica la revista
italiana “Panorama”, parecería que decenas de millones de euros de sus arcas fueron
investidos en empresas sospechosas, las que ahora están siendo investigadas en
Suiza por prácticas dudosas.
Sin embargo
y en contrario a lo que alude Michael
Perry, varios periódicos italianos,
no en tanto atribuyen los problemas a las malas disposiciones de la orden y
citan como ejemplo los varios millones de euros que ellos gastaron en la
reforma del hotel “Il Cantico” de Roma, las que fueron realizada con mucho
lujo, algo bien distante de los preceptos de San Francisco de Asís.
Fundada por
Francisco de Asís en el año
1209, el funcionamiento de la Orden fue aprobado por el papa Inocencio III del siglo XIII. En la actualidad, la orden cuenta con 13.600 frailes en 110 países, y
está dividida en tres ramas
masculinas: Franciscanos conventuales, Franciscanos observantes y Franciscanos
capuchinos; ya que una segunda orden comprende las ramas femeninas: Hermanas
Clarisas Pobres, Hermanas Clarisas Capuchinas y Orden de la Inmaculada
Concepción… Y en contrario a lo que muchos opinan, estas dos divisiones de
género se dan muy bien entre ellas.
Pero diferente a lo que ocurre con los árboles, esas ramas masculinas aparecieron
debido a divisiones internas en la Orden original, por los diversos modos de
interpretar, de vivir y de observar la Regla de San Francisco de Asís,
especialmente en cuanto a la vida evangélica profesada y a la rigidez u holgura
en la observancia de la pobreza.
Ergo, sin llegar a revelar detalles,
el hermano Perry explicó durante la semana anterior a Navidad en el sitio web de
la “Orden de los Frailes Menores” (u Orden Franciscana, ya que estos no son enanos), que una investigación interna, iniciada en septiembre, terminó por revelar
la existencia de fraudes que amenazan “la estabilidad financiera y el
patrimonio de la orden”.
Por su vez,
el tesorero general de la Orden pidió demisión por causa que varios frailes
tendían realizado “actividades financieras sospechosas” bajo su nariz. Pero además
de lo que estos han hecho, Perry también mencionó “el papel importante de actores
externos”, por lo que decidió recurrir a la justicia civil.
“Ante el alcance
de estas actividades, la curia general enfrenta graves, insisto graves dificultades
financieras, con grandes deudas”, completó el religioso.
Como es de
imaginar, el superior de los franciscanos reconoció que el anuncio provocará “decepción
y desánimo” entre los frailes, pero no perdió tiempo y solicitó a las provincias
(de gestión autónoma) que envíen lo antes posible una contribución financiera a
Roma para evitar la bancarrota.
La investigación
interna está centrada en la gestión a partir de 2003, y ya se especula que en
su tumba, situada en la Basílica Papal de San Francisco, en
Asís, la región italiana de Umbría, el pobre Giovanni di Pietro Bernardone,
alias “Francesco d’Assisi”,
colmado de rabia se estará mordiendo los codos… ¡Es de pensar!
(*) Visite el blog “Infraganti!!! Imágenes sin retoque”, http://guillermobasanez.blogspot.com.br/...
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e-book disponibles en: Livraria Saraiva: www.saraiva.com.br; Livraria Siciliano: http://www.siciliano.com.br; www.clubedeautores.com.br/carlosdelfante; y en: Plataforma
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