Es primario que existen cosas que se relacionan entre sí sin que nos
demos cuenta. Por ejemplo, poco antes de comenzar a escribir este pots, un
amigo me envió un WhatsApp contándome lo siguiente: ¿Sabes? Hoy en la mañana
hice el desayuno y se me quemaron los huevos… ¡Jamás vuelvo a cocinar desnudo!
Por supuesto que dejaré en manos del lector imaginar el doloroso
resultado de su hazaña culinaria, que, como veremos, no es la única en el
mundo. No porque algunos se sientan unos atolondrados cuando toman el sartén
por el mango. Se pueden observar muy buenos cocineros y hasta aprender algo con
ellos, si se tiene paciencia para asistir el viral programa “Master Chef”, el “talent show” con más éxito de la televisión para descubrir al mejor
cocinero amateur.
Excepto
toda esta filosofía reverberante de la gastronomía, lo que en realidad pretendía
comentar, era
algo con referencia al “Gallus gallus domesticus” esa redundante subespecie
doméstica de la variedad “Gallus
gallus”, un tipo de ave “galliforme” de la familia “Phasianidae”, mismo
que aun persista la duda: ¿La gallina fue antes que el huevo?
Cuanto
a este cuestionamiento histórico, mi palmáceo leyente, todo indica que
científicos de la “Universidad de Warwick” y la “Universidad de Sheffield”,
ambas en Inglaterra, han llegado a la conclusión de que la gallina
existió antes que el huevo debido a una proteína hallada en los ovarios de las
gallinas; eso, porque la ovocledidina-17 (OC-17), cumple una función clave en la formación de la cáscara del huevo.
Cuanto
al gallo, ya no importa tanto saber de quién procede -porque hay hijos e hijos
en todas las razas-, no obstante los estudiosos indiquen por medio de su hallazgo,
es posible afirmar que esa es una evidencia suficiente para determinar no sólo
que la gallina fue antes que el huevo, sino también que la primera
gallina posiblemente no nació de un huevo de su misma especie… ¿Entendió?
Pues bien, de cabeza en el tema, parece que cuando Chris Keast y su esposa Jane comenzaron a preparar su desayuno, de
inicio no acreditaron en lo que encontraron al quebrar un huevo -de gallina-. Luego
de notar el tamaño extraño de uno de ellos, Chris decidió abrirlo con cuidado,
pero se sorprendió al encontrar nada menos que... ¡Otro huevo!... Algo así como ocurre con
los de Pascua que traen regalitos adentro.
Para
situarnos mejor, esta pareja residente en Cornwall, Reino Unido, es dueña de un
pequeño mercado y posee una granja donde produce huevos -no Chris, las
gallinas-. Con todo, en casi 40 años de trabajo, ellos afirman no haber visto nunca
nada como eso.
“Tenemos alrededor
de 19 gallinas y vendemos los huevos para vecinos y amigos, pero normalmente siempre
acaban sobrando algunos”, explicó el Chris, de 60 años, al periodista del
“Mirror”.
De esas
sobras, cierta mañana, así que el famoso huevo fue quebrado, ellos vieron la
gema caer en el sartén al lado de otro huevo con cascara y todo, aunque de
tamaño un poco menor… “Yo noté que ese huevo era un poco mayor que lo normal luego
que lo saqué del nido”, explicó el granjero… Un desalmado que ni se preocupó en
saber cómo le había quedado el orificio cúbito-posterior a la pobre gallinita
ponedera.
En realidad,
el huevo interno tenía la mitad de tamaño del primero, según afirma esta pareja.
Sin embargo, después de abrir el extraño huevito, encontraron solamente la
clara. “Yo imaginé que sería apenas una gema doble, nunca otro huevo”, concluyó
Keast.
Especialistas
en estas cosas redondas con cáscara y sin pelo, afirman que ese es un fenómeno
muy difícil de ocurrir. Y explican que los huevos blancos y los huevos morenos únicamente se distinguen por el
color de su cáscara, en función de la raza de la gallina que lo ha puesto, ya
que su contenido nutricional es el mismo. Con todo, los huevos de gallina,
pueden ser de variados tamaños; siendo muy pequeños en aves jóvenes y grandes
en aves adultas. La diferencia radica, que al ser más grandes, la cáscara es
más frágil y propensa a romper. Con todo, estos huevos grandes pueden venir con
doble yema, debido a una doble ovulación del ave.
Empero,
según los estudiosos, cuanto al huevo de don
Chris, ese disturbio ocurre cuando la gallina sufre un tipo de julepe o susto justo
en el momento en que está produciendo los huevos antes de ponerlos… Siendo
imaginable que la tal gallina, como ave curiosa, habrá visto al gallo pelado y
con malas intenciones.
Por ende,
donde se junte gallo y gallina, supongo que allí estará Dios por medio, y por
esta última frase el leyente aprenderá que el paraíso, en definitiva, no está
donde nos decían, sino en el sartén, adonde Dios tendrá que acercarse siempre
si quiere reconocerle el gusto… ¡Infalible!
(*) Libros y e-book disponibles en: Livraria Saraiva: www.saraiva.com.br; Livraria Siciliano: http://www.siciliano.com.br; www.clubedeautores.com.br/carlosdelfante; y en: Plataforma
editorial Bubok: www.bubok.es/