Profeso que ya es hora del gentío prestar más
atención en lo que hace y a lo que recurre para declarar sus virtuosos sentimientos
platónicos ahogados. En especial lo digo por toda esa gente que sale poniendo “Te
amo” en las paredes, ya que debería especificar a quién… Sé de un montón que ha
leído ese tipo de mensaje al punto de ilusionarse y luego salió lastimado.
Hago tal referencia no por acaso, pues es notorio
que otras personas apelan a actitudes más trastornadas y por veces se les va la
mano, como es el caso específico de doña Gayle Newland,
de 25 años.
Por causa de
su pasión arrebatadora, esta mujer fue condenada hace unos días por un tribunal
británico a pasar ocho años en la prisión, dando una de pajarito atrás de las
rejas. En verdad, ella terminó siendo acusada de un crimen que se inició en los
medios virtuales después de ella se hacer pasar por hombre para engañar una “amiga”
y así poder realizar sexo con ella… Exactamente de la forma que el leyente
imagina.
El caso es
que Gayle quedó amiga de la víctima en la plataforma “Facebook”, en 2011,
usando un nombre masculino en su perfil, “Kye Fortune”. Luego de pasar un tiempo
intercambiando palabras dulces y románticas, las dos pasaron a una etapa
superior en la que sustituyeron la escrita por conversaciones telefónicas de
nivel más íntimo, aunque Newland continuó fingiendo ser un hombre.
Finalmente, después
de gastar mucha saliva por el auricular, ellas concordaron en encontrarse en
2013. Circunstancialmente, Newland insistió para que la amiga se vendase los ojos
para el encuentro.
Lo que suena
extraño, es que ellas pasaron más de cien horas juntas, en las cuales la víctima
siempre estuvo vendada… Lo que no sería necesario, pues ya da para sacar que era
ciega de cerebro.
En fin, como
si fuese poco, ya que el propio amor es ciego, durante algunos encuentros ellas
mantuvieron relaciones sexuales, algo así como diez veces, hasta que la mujer
abusada decidió tirar la venda y vio que Newland usaba en verdad una prótesis en
lugar de pene… Cosa que nos hace suponer que a más de ciega era manca.
Sin embargo,
contrariando a su ahora ex amiga, durante la audiencia Newland alegó que la víctima
siempre supo que ella fingía ser un hombre y ambas se entretenían haciendo juegos
lujuriosos para explorar la sexualidad. También negó que ella la tuviese forzado
a usar vendas o cualquier otra cosa para esconder su rostro… Quizás queriendo
reinventar algo parecido a “50 tonos de gris”.
Mismo así, el
juez del caso, que no tuvo su identidad revelada, describió a la condenada como
siendo “una mujer mentirosa, intrigante y muy determinada”.
El juez
llegó a registrar en la sentencia, que “la señora acusada mantuvo esa línea de
conducta durante un largo período de tiempo en el cual jugó con los sentimientos
de otros, actuando únicamente para su propia satisfacción sexual sin llevar en
cuenta el impacto devastador que el descubrimiento de la verdad tendría sobre la
víctima”… Pero se atuvo de condenar a la acusadora por el simple hecho de ser
“estúpida”.
Verdaderamente,
a pesar de todos los defectos, la vida ama el equilibrio, pues si mandara sólo
ella, haría que el color oro estuviera permanentemente sobre el color azul, que
todo cóncavo tuviese su convexo, que no sucediese ninguna despedida sin
llegada, que la palabra, el gesto y la mirada se comportaran como gemelos
inseparables que en todas las circunstancias dijeran lo mismo… ¡Es de dudar!
(*) Libros y e-book disponibles en: Livraria Saraiva: www.saraiva.com.br; Livraria Siciliano: http://www.siciliano.com.br; www.clubedeautores.com.br/carlosdelfante; y en: Plataforma
editorial Bubok: www.bubok.es/
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