Lo que
muchas religiones cristianas tienen por costumbre pregonar por los cimbrados caminos
del orbe, es que Jesús Cristo un día volverá. Mismo que la fecha exacta y el
modo cómo esa vuelta se daría discrepen en cada una de ellas, no obstante el
final de la historia siempre es el mismo. Con todo, según lo afirma un ciudadano
colombiano de nombre Juan -que no es Valdez ni trata con cosecha de café-, esa
vuelta ya aconteció en su tierra.
O por lo
menos en parte, según lo explica el mismo Juan David Montano, ya que todo habría
comenzado cuando él estaba en Cali, una gran ciudad local por donde andaba de
paseo, y justamente donde se le ocurrió tirar una foto recordatoria junto con
su familia.
Como clicar
el botón aparatito ya se ha tornado tarea fácil para cualquier ignoto, sólo
faltaba algo para llevar de recuerdo inolvidable: el paisaje a ser escogido
para la selfie… Por supuesto que luego de un ligero intercambio de pareceres,
quedara definido nada sería mejor que tirarla con la estatua de Cristo Rey apareciendo
al fondo.
Una vez definida
cuál era la mejor escena, todo estaba marchando muy bien como previamente
combinado. Uno ensayó una sonrisa, otro se arregló el pelo, otra pasó lápiz
labial, Juan se alisó la camisa y luego la familia se reunió feliz para salir
lo mejor posible en la nostálgica fotografía y…
Bien, es ahí
entonces que empieza la historia de Juan que, como dije, no es Valdez. Resulta
que este colombiano alega que efectivamente en esa selfie que tiró con sus
familiares, sin necesidad de cualquiera aguzar la vista y aclarar los ojos, es
posible notar la presencia de Jesús Cristo junto a ellos.
El propio
Juan es quien explica: “Yo quedé completamente paralizado, fue una conmoción para
mí. Tiramos la foto y allí estaba, el fantasma vestido con ropas blancas… La
primera vez que vi la foto no reparé en su figura, pero en todas las otras él
estaba allí, semejante a Jesús”.
La “presencia”
de Jesús en la foto, claro, no demoró en causar polémica mismo que Juan gaste
saliva jurando de pies juntos que no había nadie en el lugar, hecho que pasó a
ser confirmado por todos los familiares que aparecen en la selfie. O sea que
todos afirman de común acuerdo, que nadie pasó por la frente justamente en la
hora de la foto, lo que podría crear con ello un borrón.
Sin embargo,
por ser sumamente religiosos, a los vecinos de Juan no les ha gustado mucho lo
que él anda diciendo a los cuatro vientos, y pasaron a exigir más respeto a la
vez que solicitaban para que el caso sea olvidado. No obstante a ello, Juan se negó a darles oídos y afirmó que él nunca irá dejar de acreditar: “Jesús apareció para él y su familia”.
No sirviendo
la aparición como garantía de la salvación eterna de Juan y su familia, el
gentío afirma que de ilusión vive el hombre aunque éste peque por la palabra,
muchas veces inútiles, y eso es lo mejor que podemos decir de ellas, casi
todas, realmente, hipócritas. Razón tenía el francés que no recuerdo su nombre,
cuando dijo que la palabra le ha sido dada al hombre para disfrazar el
pensamiento, no obstante, en fin, estas sean cuestiones sobre las cuales no
debemos hacer juicios perentorios, ya que lo más seguro es que la palabra es lo
mejor que se puede encontrar, la tentativa siempre frustrada para expresar eso
a lo que, por medio de la palabra, llamamos pensamiento… ¡Devoto asunto!
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