Una
investigación llevada a cabo en Italia, más precisamente por el “Instituto de
Investigación y Rehabilitación Neuromotora” de la Fondazione Santa Lucia, en
Roma, analizó el cerebro de algunos de los más importantes alpinistas antes y
después de ellos realizar sus expediciones. Luego llegaron a la sabia
conclusión de que estos podrían estar sufriendo un sutil daño cerebral cada vez
que llegan a una cumbre. Los resultados mostraron cambios en el tejido cerebral
de esos deportistas, a pesar de que exteriormente no se vieron problemas
neurológicos obvios, afirman los científicos en la “Revista Europea de
Neurología”.
Con
todo, la causa más probable, señalan ellos, sería la falta de oxígeno que se
experimenta en altas altitudes. A más, el estudio apoya otro similar llevado a
cabo en España y publicado en “The American Journal of Medicine”, que encontró
también lesiones cerebrales causadas a altitudes más bajas… Lo que por sí
comprobaría que no es necesario subir una montaña para convertirse en un
fallado mental.
Fuera
esta suposición cabalística, el Dr. Nicolás Fayed, uno de los autores del estudio,
comentó a la “BBC Ciencia” lo siguiente: “Este estudio confirma los datos de
nuestra investigación sobre la atrofia que encontramos en una parte del cerebro
de alpinistas expertos”… “Pero nosotros vimos también que se producían lesiones
cerebrales más importantes en los alpinistas aficionados que en los
profesionales, como por ejemplo, dilataciones de vasos perforantes muy finos
dentro del cerebro y que se cree pueden ser zonas de infarto cerebral”, afirmó don
Nicolás.
Basta
resaltar que en la cumbre más alta del planeta, el Everest, con más de 8.000
metros de altura, se calcula que la concentración de oxígeno en el aire es sólo
una tercera parte de la que se encuentra a nivel del mar… Pero sin el clásico
olor a marejada.
Sin
embargo, además de esas consecuencias neurológicas demenciales, practicar este
deporte puede traer también otras ventajas, como lo ocurrido con el alpinista que encontró por acaso y en buen estado de conservación en
las montañas noruegas, una espada Vikinga de cerca de 1.200 años, conforme lo
anunciara a la agencia “AFP” el arqueólogo Jostein Aksdal, de la ciudad de Bergen,
donde ahora la pieza será expuesta.
La espada de
hierro -que en nada se parece con las de plástico que ahora venden en las
tiendas-, tiene 80 centímetros, y fue encontrada entre las rocas en una región al
sur de Noruega, estimando, probablemente, que ella sea “de los principios de la
era Vikinga por vuelta de finales del siglo VIII”, afirma Aksdal.
“En aquella
época, toda y cualquier espada era muy valiosa porque eran armas para personas
de alto escalón y mucho prestigio”… “La mayoría de los Vikingos del gentío se
contentaba con poseer un simple cuchillo o puñal”, explicó el arqueólogo.
Sobre las
razones por las cuales la espada estaba en las montañas, Aksdal emitió varias
hipótesis: “Tal vez hay un túmulo, o fue dejada por un comerciante o fue escondida
allí por otros motivos... “¿Alguien murió en ese lugar? ¿Fue una agresión,
robo, asesinato, u otra cosa? Por ahora no sabemos responder. La imaginación es
el límite”, dijo este erudito hombre por no saber nada del asunto.
Como sea, el
local del hallazgo será escavado ampliamente durante el primer semestre del
próximo año, cuando el hielo ya se habrá derretido un poco. El clima seco del lugar,
con temperaturas bajo cero durante más de la mitad del año, ha contribuido para
la buena conservación del objeto.
Este mismo
arqueólogo afirma que por causa del calentamiento global, que provoca una
considerable reducción de hielo, el número de descubrimientos de objetos antiguos
ha aumentado ampliamente y de nada aparecen en la superficie… Y pienso que si
sigue así, dentro de poco rescatarán los restos de la “Santa María”,
la nao capitana de Colón, del
fondo del Océano Atlántico, en las costas del norte de Haití, donde afirman zozobrara
dejando al genovés a pie y necesitando, encabronado, montarse a La Niña… ¿Por
qué no?
(*) Libros y e-book disponibles en: Livraria Saraiva: www.saraiva.com.br; Livraria Siciliano: http://www.siciliano.com.br; www.clubedeautores.com.br/carlosdelfante; y en: Plataforma
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