¿Por uno de esos
acasos conoce aquel dictado: “la curiosidad mató al gato”, que muy bien podría
traducirse en otro orden: “la curiosidad mata al hombre”?... Entonces intentaré
explicarlo sin necesidad que suene socrático a los oídos de un sordo.
De
inicio, uno no puede olvidarse que la curiosidad es, sobre todo, un instinto
natural. Algo que de por sí confiere una ventaja de supervivencia a ciertas
especies y que es posible encontrarlo en sus genomas. Un hecho que de por sí
permite afirmar que as algo natural que le ocurre a la humanidad y a los
animales, especialmente a los individuos más jóvenes. No obstante para ciertos
doctos los seres humanos son considerados particularmente muy curiosos…
Principalmente si se trata de investigar la vida de los demás.
Como sea y
queriendo evitar ser un maldiciente, le diría que la curiosidad humana acerca
de una posible vida extraterrestre no viene de ahora. Con todo, es más que evidente
que si envuelve curiosidad humana, el fisgoneo también incluye sexo, uno de los
asuntos que más despierta la atención de las personas, hecho de por sí innegable.
Entonces, ¿y si mesclamos las dos cosas?... ¿Qué pasaría?
Como no soy
perito es este asunto, no tengo una respuesta en la punta de la lengua. Empero,
en este caso, a los especialistas en esos asuntos que envuelven curiosidades y
rarezas se les ha dado por afirmar que, en caso de nosotros encontrar a los notorios
extraterrestres un día, tendríamos que estar bien preparados. Al final de
cuentas ellos lograrían reproducirse de una manera completamente diferente de
lo que tal vez nosotros lo podamos imaginar hoy día… Inclusos en los faltos de
imaginación que sólo saben hacer “papá y mamá” en la horizontal.
Quien habla
de estos asuntos astrales es Sarah Otto, de la “Universidad Británica de Columbia”,
quien comenta: “No es algo en lo que paramos para pensar todos los días, pero puede
ser interesante cogitarlo. Para eso, tenemos que tener en mente los billones de
años de evolución en la Tierra. Nuestra forma de reproducirse mudó, evolucionó.
Pues entonces, eso nos hace pensar que ellos también pueden haber avanzado
dentro de sus especies”.
Elementar
decir que el caso envolviendo extraterrestres y su sexualidad tampoco es un
asunto nuevo. En la década de 1980 hubo un boom de filmes eróticos con ese tipo
de contenido. En esos rollos, no en tanto, quizás por falta de imaginación del
guionista, los alienígenas hacían sexo y se reproducían de la misma forma que los
humanos.
Sin ir más
lejos, recientemente una ex oficial de los Estados Unidos afirmó que por
diversas veces fue estuprada por alienígenas, y también describió el acto sexual
de los ETs de forma bastante parecida con la nuestra, destacando, no obstante,
que ella tuviera la impresión de haber hecho parte de un espectáculo ensoñado por
estar delante de una platea psicótica por sexo.
Otra
cuestión, es que Sarah Otto ha rechazado también la idea de que especies
alienígenas pueden perpetuarse a través de clonaje. Para ella, eso hasta puede suceder,
pero no de una manera exclusiva -porque obviamente perdería toda la gracia del
juego-. Su pensamiento se debe a que el clonaje es simplemente un tipo de práctica
que, en teoría, breca la evolución natural de las especies, hablando siempre de
forma de vidas terráqueas.
En todo
caso, aun estamos lejos de encontrar... ¿o sería sólo de anunciar? la existencia de vida extraterrestre. Si
bien el comportamiento humano deje claro que cuando eso acontecer, nuestra
curiosidad será mucho más sin límites de lo que… el Universo.
Frente a lo
aquí expuesto y bajo el amenazador ruido de trompetas que se aproximan, lo que
en verdad nos resta es trancar de la mejor manera posible puertas y ventanas
-si dable otros agujeros también-, pues en medio del pánico general estaremos
siendo invadidos por los Hunos celestiales… ¡Alienígeno tema!
(*) Libros y e-book disponibles en: Livraria Saraiva: www.saraiva.com.br; Livraria Siciliano: http://www.siciliano.com.br; www.clubedeautores.com.br/carlosdelfante; y en: Plataforma
editorial Bubok: www.bubok.es/
Nenhum comentário:
Postar um comentário