sábado, 14 de novembro de 2015

Los Cómicos Anteojos del Borrachín


Considero que no se necesita ser un genio para suponer que un simple chiste o broma puede llegar a tener graves consecuencias en terceros, y hasta en cuartos y quintos también. Sin ir más lejos, en internet, cualquiera puede encontrar con facilidad videos, fotos, dibujos y lecturas graciosas que, con un solo clic, luego compartimos con amigos para reírnos juntos o por acaso tomarles el pelo.

Con gran facilidad también podemos hacer bromas a amigos y conocidos cuando nos reunimos para festejar lo que sea y en donde sea. Sin embargo, cuando esto ocurre, es importante pensar en algo que puede acontecer: “la línea que diferencia un chiste o una broma, de un insulto o amenaza, es muy delgada”.

Es decir, algo que para uno puede ser una broma sin mucho significado y por ende sin consecuencias aparentes, a veces suele ocurrir lo contrario y puede llegar a significar algo muy diferente para la persona sobre la cual recae esa broma, ya que para ésta la broma puede resultar en algo problemático y doloroso.

Evidencias sobre lo que se ha dicho, es un triste caso registrado recientemente en Inglaterra, donde un sujeto acabó resultando víctima de una broma muy pesada, por la cual sufrió serias consecuencias.

Me refiero a un hombre residente en Swansea, en el Reino Unido, que tuvo una sorpresa muy desagradable luego que despertara a continuación de participar de una despedida de soltero. Como el individuo exagerara con la bebida -ya que era gratis-, sin darse cuenta permitió que le tatuasen una grotesca armazón de lentes en su rosto… Evidente que con aros, patillas, pero sin vidrios.

Este libado hombre que no quiso por nada de este mundo ser identificado, contó en una entrevista que concedió al periódico “Daily Mail”, lo siguiente: “Yo no recuerdo cuando fue que comenzaron a tatuarme porque había bebido bastante… Con todo, cuando me desperté y me enfrenté al espejo, luego pensé que alguien hubiese dibujado el par de lentes con alguna lapicera”.

Su primer intento fue lavarse muy bien el rostro con agua y jabón, pero como el maldito dibujito no salió, de inicio no hizo más que mantener ese diseño bizarro en su rostro. Sin embargo, como lo cargaron tanto y tanto le llenaron la parte inferior de su anatomía, el hombre no resistió a las bromas que escuchaba por todo lugar donde pasaba, y tomó la decisión de retirar ese escroto tatuaje.

“En verdad, yo no quise que mis familiares y amigos tuviesen que avergonzarse por mi causa. Por eso que decidí remover ese tatuaje ridículo”, anunció el hombre sin nombre pero con un dibujito horroroso en el rostro.

Para lograr su objetivo, el hombre tuvo que pasar por seis secciones de remoción hasta que el escroto grabado fuese completamente removido del rostro y laterales del cráneo. Por supuesto que una vez finalizado el trabajo, lo único que dijo fue: “Todo lo que tengo a decir, es que el proceso fue maravilloso”… Aunque uno se imagine que haya pensado para sí: ¡gracias a Dios que me quitaron esa mierda de la cara!   

Donnalle Alford, el dueño de la clínica de remoción, señaló que quedara espantado cuando encontró al hombre por primera vez en su consultorio… Mismo que después se haya reído como media hora.

“De inicio, él me dijo que tenía recelo de tirar ese risible tatuaje, porque conocía amigos que quedaron con cicatrices luego de concluido el proceso. Con todo, conseguimos convencerlo y, como puede notar, el tratamiento acabó siendo un éxito”, completó Alford, sin llegar a comentar cuanto atesoró con su trabajo… Aunque es de imaginar que le haya cobrado los ojos de la cara.

Así pues, para el asombro de los tolos y el espanto de los lánguidos decadentes frente a la perplejidad de los burgueses domésticos, debo recordar a cualesquier, que a pesar de su intransitable raciocinio analítico, Ortega y Gasset frecuentemente reportaba al hombre de genio, como aquél con capacidad de inventar su propia ocupación… ¡Hip… Salú!

(*) Libros y e-book disponibles en: Livraria Saraiva: www.saraiva.com.br; Livraria Siciliano: http://www.siciliano.com.br; www.clubedeautores.com.br/carlosdelfante; y en: Plataforma editorial Bubok: www.bubok.es/

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