terça-feira, 14 de fevereiro de 2017

Aprenderás


Después de algún tiempo aprenderás la diferencia entre dar la mano y socorrer un alma, y aprenderás que amar no significa apoyarse, ni que la compañía no siempre significa seguridad. Sólo entonces comenzarás a comprender que los besos no son contratos, ni regalos, ni promesas.
Comenzarás a aceptar tus derrotas con la cabeza erguida y la mirada al frente, con la gracia de un niño y no con la tristeza de un adulto, y aprenderás a construir hoy todos tus caminos, porque el terreno de mañana es incierto para los proyectos y el futuro tiene la costumbre de caer en el vacío.
Después de un tiempo aprenderás que el sol quema si te expones demasiado, y aceptarás incluso que las personas buenas han de herirte alguna vez y necesitarás perdonarlas.
Aprenderás a hablar con calma los dolores del alma, así como has de descubrir que lleva años construir confianza y apenas unos segundos destruirla, y que tú también podrás hacer cosas de las que te arrepentirás el resto de la vida.
Aprenderás que las nuevas amistades han de continuar a crecer a pesar de las distancias, y que no importa que es lo que tienes o cuanto tienes, sino a quien tienes en la vida, y que los buenos amigos son la familia que nos permitimos elegir. Inclusive has de aprender con el tiempo, que no tenemos que cambiar de amigos si estamos dispuestos a aceptar que los amigos cambian, y entonces te darás cuenta que puedes pasar buenos momentos con tu mejor amigo haciendo cualquier cosa o simplemente nada, sólo por el placer de disfrutar su compañía.
Aprenderás que las circunstancias y el ambiente que por veces nos rodea tienen influencia sobre nosotros, pese a que seamos nosotros los únicos responsables de lo que hacemos; y comenzarás a comprender que no nos debemos comparar con los demás, salvo cuando queramos imitarlos para mejorar.
Descubrirás que se lleva mucho tiempo para llegar a ser la persona que quieres ser, y que el tiempo es corto, por lo que aprenderás a la fuerza que no importa a donde llegaste, sino a donde te diriges, y por si acaso no lo sabes cualquier lugar es bueno.
También aprenderás que si no controlas tus actos ellos te controlarán, y que ser flexible no significa ser débil o no tener personalidad, porque no importa cuán delicada y frágil sea una situación: siempre existen dos lados.
Aprenderás que los héroes son las personas que hicieron lo que era necesario, enfrentando las consecuencias, y que la paciencia requiere mucha práctica. Así como descubrirás que algunas veces, la persona que más esperas que te patee cuando te caes, tal vez sea una de las pocas que te ayuden a levantarte.
Comprenderás que nunca se debe decir a un niño que sus sueños son vanas tonterías, porque pocas cosas son tan denigrantes, y sería una tragedia si él lo creyese porque le estarías quitando la esperanza.
Aprenderás que cuando sientes rabia, tienes derecho a tenerla, pero eso no te da el derecho de ser cruel, como incluso descubrirás que sólo porque alguien no te ama de la forma que quieres, no significa que no te ame con todo lo que puede, porque hay personas que nos aman pero no saben cómo demostrarlo. No siempre es suficiente ser perdonado por alguien, algunas veces tendrás que aprender a perdonarte a ti mismo, y luego aprenderás que con la misma severidad con que juzgas, también serás juzgado, y en algún momento condenado.
Aprenderás que no importa en cuantos pedazos tu corazón se partió, el mundo no se detiene para que lo arregles. Aprenderás que el tiempo no es algo que pueda volver hacia atrás, por tanto, debes cultivar tu propio jardín y decorar tu alma, en vez de esperar que alguien te traiga flores. Entonces, y solo entonces, sabrás realmente lo que puedes soportar; que eres un ser fuerte y que podrás ir mucho más lejos de lo que pensabas cuando creías que no se podía más. Madurar tiene más que ver con lo que has aprendido de las experiencias que con los años vividos.

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