Unos dicen
que son manías de egocentrismo, otros aluden a un trastorno mental consistente en una elevación anómala
del estado anímico del individuo. Con todo, en referencia a lo último
mencionado, es importante no confundir un “estado maníaco” con algunos rasgos obsesivos, como por ejemplo:
obsesión por la limpieza y el orden, puesto que éste se ha integrado en el
lenguaje en términos como “piromanía”, “cleptomanía” y otros trastornos
mentales que derivan más bien de trastornos obsesivos, aunque bien puedan estar
relacionados… ¿Quién lo duda?
Por causa de
ello existe una muchedumbre que adora probar un nuevo restaurante, y a otros se
les ocurre experimentar las tendencias de la moda de la estación, mientras algunos
adoran arriesgarse en el procedimiento estético del momento. Y fue justamente este
último punto, el que sirvió la semana pasada como escenario macabro para la muerte
de Chelsea Ake-Salvacian, de apenas 24 años.
El procedimiento
que la llevara a la muerte, en este caso, fue la “crioterapia”, una técnica moderna
que promueve el “adelgazamiento instantáneo” mediante la aplicación de chorros congelantes.
Según lo
cuenta el “Washington Post”, Chelsea -que nada tiene que ver con Mourinho ni su
galés equipo de futbol-, era una técnica formada en la operación de las máquinas
que aplican esos chorros, y que habría fallecido luego de ella entrar en la cámara
sin contar con un auxiliar por cerca, lo que la llevó a congelar hasta la muerte
en pocos segundos. Su cuerpo solamente fue descubierto 10 horas después, duro como piedra.
Sin embargo,
la familia pidió mayor empeño en las investigaciones policiacas, ya que se les
dio por colocar en jaque el primer diagnóstico que fue dado por los
investigadores, quienes afirman que la muerte de la muchacha se debió a un
“error operacional”. Empero, de acuerdo con lo manifestado por los familiares a
la redacción del periódico, ella tenía “plena noción de lo que estaba haciendo”…
Lo que no es de dudar.
Pero como el
centro de estética donde ella trabajaba no posee cámaras de vigilancia y
Chelsea no dejó ninguna indicación o mensaje sobre qué fue lo que la motivara a
ingresar en la cámara sin contar con supervisión, ahora los investigadores
reabrieron el caso para analizar las evidencias.
Con todo, lo
que torna su muerte aún más extraña, es el hecho de Ake-Salvacian haber sido
entrevistada poco antes sobre el uso de la técnica de crioterapia para un periódico
local, cuyo artículo sólo fuera publicado apenas días después de su muerta.
Para quien
no lo sabe, la crioterapia es un procedimiento que, al actuar bajo la promesa
de “adelgazamiento instantáneo”, ha llevado a centenas de personas a hacer fila
en las puertas de los centros de estética de todo el mundo, ávidos por conocer la
fabulosa y prometedora técnica que ya logrado que atletas y celebridades de la
farándula hayan adelgazado de la noche a la mañana o viceversa.
En todo
caso, sepa el curioso lector que existen dos niveles de crioterapia: la leve y la intensiva. La primera consiste en la utilización de cremas, geles y espray
que llevan alcanfor o mentol en su composición, lo que causaría un resfriamiento
donde esos menjunjes son aplicados... -Por favor, no se le dé por usarlo en
aquella parte delicada del cuerpo-. Cuanto al segundo método, son usados chorros
de espray o sondas previamente resfriadas, que lanzan chorros de hielo seco o nitrógeno
líquido, los que llegan a una temperaturas de “-196ºC”.
Claro que la
crioterapia puede ser utilizada tanto para el adelgazamiento -diminución de medidas
de algunas partes del cuerpo-, tonicidades de la piel, reducción de gordura
localizada y la odiosa celulitis, como también para tratamientos de manchas en
la piel.
Y no
obstante esta técnica deje la impresión de ser bastante peligrosa, todo los tipos
de repercusión sobre ese asunto han sido positivos cuanto a los resultados
obtenidos hasta la presente fecha. Mismo así, el mortuorio caso de Chelsea ha
sido el primer accidente envolviendo el milagrero procedimiento.
Asuntos como
estos dan que pensar, principalmente en los apacibles instantes en que uno se
encuentra sumergido en una bañera, donde además de todo tornarse más
asépticamente acuático y amnióticamente uterino, existe el consuelo de las
pompas de jabón, el ondular de las marolas, del patito de goma, de las canillas
chorreando historias alucinantes que, en verdad, no son más que el reflejo de
nuestro estado maníaco… ¡Congelante!
(*) Libros y e-book disponibles en: Livraria Saraiva: www.saraiva.com.br; Livraria Siciliano: http://www.siciliano.com.br; www.clubedeautores.com.br/carlosdelfante; y en: Plataforma
editorial Bubok: www.bubok.es/
Nenhum comentário:
Postar um comentário