No hay caso, todo el mundo tiene sus propias manías. Por ejemplo: verificar
si el gas está desligado, sumar los números de la chapa del auto que está a su
frente, organizar ciertos objetos con simetría y por ahí va. Un sujeto original
en estos asuntos es el jugador y galán inglés David Beckham, quien tiene por
manía, a más de coleccionar enamoradas indiscretas, la costumbre de guardar
siempre en su heladera un número par de latas de refresco. Por tanto, las manías son una especie de atavismo.
Bajo la óptica de las teorías evolucionistas, algunas de ellas fueron
esenciales para el desenvolvimiento y la preservación de la especie humana…
Mismo que esto nos deje la impresión que no ha servido de nada.
A
mayor sensación de incertidumbre, es más probable que aparezcan las manías.
Generalmente, y especialmente en psicología, todo está bien hasta que algo se
convierte en un exceso; así, tener ciertas manías es completamente normal. El
problema surge cuando empiezan a coartar el tiempo y la estabilidad de la
persona.
Doctos
afirman que las manías son consecuencia de los pensamientos obsesivos que
previamente circulan por la mente. Esto hace que la ansiedad aumente y se
generen una serie de comportamientos contra los pensamientos obsesivos y así
disminuir la ansiedad. De hecho, cualquier tipo de manías suele ir acompañada
de otras acciones igualmente exigentes, por lo que la vida cotidiana de
cualquiera acabará plagándose de comportamientos esclavizantes.
Una muestra
exacta de lo aquí registrado, mi sensato leyente, surgió hace más de dos años en
Corea, donde germinó un fenómeno que quedó conocido como “mukbang”, que
consiste en grabarse comiendo y pasarlo en vivo en la web… Antes de ir al
retrete para aliviarse, obvio.
Quien
mejor representa este prototipo es Park Seo-Yeon, una mujer coreana de 33 años que
se convirtió en una de las principales celebridades del mukbang. Conocida como
Diva, ella se dedica todas la noches a preparar cenas como para toda una
familia y comerlas sola enfrente a una cámara para el asombro o delicia de miles
de estólidos espectadores de la web.
En
un reportaje con la “BBC”, Diva cuenta cómo el mukbang pasó a ser uno de sus
principales ingresos financieros. Esta actividad que la lleva a comerse desde
tres pizzas hasta tres kilos de carne en una única noche le significa un sueldo
de hasta 9.300 dólares por mes. No obstante los gastos para realizar esos
banquetes le cuesten hasta 3.000 dólares por mes… El resto e para caramelos y
papel blanco en rollitos.
El
programa de Diva consta de tres partes, una donde cocina la cena, después otra
donde come, y una última donde se dedica a hablar con sus espectadores a través
de un chat que acompaña el “streaming”. Cada una de esas partes tiene una
duración de aproximadamente 1 hora… ¡Haya aguante!
A
pesar de que Diva cocina ella misma un tercio de sus cenas, todo el resto le
llega a través del delivery. Como consecuencia, muchas marcas se han ofrecido
como “sponsors” de su streaming. No obstante, Diva primero pruebe la comida para
luego decidir si acepta la oferta de la empresa.
La
reina del mukbang explica que sus fans la siguen por causa de las gustosas
comidas que muestra en pantalla y por el gusto con el que las come. Muchos de
ellos son personas que están a dieta y encuentran una satisfacción masoquista en
verla comer. Asimismo, otro tipo de masoquista son los pacientes que se
encuentran internados y miran su show para contrarrestar las comidas poco
gustosas que tienen que consumir en el hospital. Una vez, incluso, recibió el
agradecimiento de una fan que dijo haber superado su anorexia gracias a que la
veía comer.
En
todo caso, los fans agradecidos pueden realizar donaciones a través de la web
donde se publica el streaming. La plataforma se queda con una comisión de entre
el 30 y 40% de éstas, y Diva utiliza el
resto para engordar su cuenta bancaria… Lo que no deja de ser una manía especulativa.
En
fin, ni filosofías ni manías sirven para remendar zapatos. Por tanto, lo que
resta es meter el pecho del pie en la carretera y providenciar que las
amenidades de los terráqueos resulten simples, surreales e indoloras… ¡Delirante!
(*) Libros y e-book disponibles en: Livraria Saraiva: www.saraiva.com.br; Livraria Siciliano: http://www.siciliano.com.br; www.clubedeautores.com.br/carlosdelfante; y en: Plataforma
editorial Bubok: www.bubok.es/
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