En tiempos
de vacas flacas, inflación y precios en descontrol, todo dinero suele ser poco
para arcar con los gastos que uno tiene. Aún más para todos aquellos que fueron
tocados por la maldita varita del desempleo, pues sin duda uno luego verá “la
geripoca piar”… Ni que hablar entonces de los pobres jubilados, de los
descamisados, de todos aquellos que ven su sueldo mensual evaporarse por arte
de magia a los diez días de haberlo recibido.
Evidente que
frente a situaciones similares, cualquiera debe buscar alternativas que le
permitan de alguna manera zanjar la estrechez y no caer en la miseria. Eso sí,
sin necesidad de apropiarse de lo ajeno, que por ser ajeno ya tiene dueño y
destino seguro.
Por tanto,
haciendo alarde de mí absolutista espíritu benemérito que siempre he demostrado
a través de mis escrituras -que no son evangélicas ni sagradas-, y una vez que
he vestido mi digno manto de fraile de piedra, trasmitiré a todo carente lector
una solución que hoy día parece haber caído de los cielos, antes que el rústico
producto se pierda en las cañerías y se disipe su validez. Siendo así, aquí va
una pregunta que vale un montón:
¿Usted ya
pensó en vender sus heces y conseguir un buen dinero con ello?
Mismo que la
propuesta pueda parecer surreal, y si el buen leyente no está con prisión de
vientre, le aviso que en los Estados Unidos eso ya es posible.
Sí, porque
la “OpenBiome”, una organización sin fines lucrativos, está pagando hasta U$ 19
mil por año para quien done su heces.
¿Para qué?,
preguntaran los mismos escépticos de siempre, pero el caso es que esas sólidas
masas defecadas por los humanos luego serán utilizadas para tratar de pacientes
que sufren con una bacteria rara que es resistente a los antibióticos.
Parece
hiperbólico y exagerado decirlo así, en seco y sin tener que recurrir al papel
no siempre higiénico, pero el asunto radica en que el tratamiento en cuestión
envuelve la administración de las heces saludables para ser procesadas en el
estómago del paciente por medio de endoscopía… Que juzgo, será para que le sienta
mejor el gusto… Vaya uno a saber.
En todo
caso, esta cosa ya tiene su tiempo, pues creada en 2013, la “OpenBiome” ya
entregó más de 2 mil tratamientos en 185 hospitales de los Estados Unidos. No
obstante, desde ya le dejo claro que para ser un donador, es necesario ser extremamente saludable… Una vez que los de la ONG
excluyen de inmediato a todos aquellos que sufren de diarrea mental.
Como sea, si
el defecador lector se encuadra dentro de los requisitos y exigencias, la forma
de ganar dinero parece ser simple: para cada muestra de heces saludables, son
pagos U$ 45 al donador. Pero si la persona comparecer por cinco días seguidos,
se lleva un abono de U$ 60. Por tanto, sin necesidad de recurrir de la
maquinita para realizar cualquier cálculo matemático, llegamos a una buena
cifra -que no es de mierda-, y cualquier bípede caminante puede conseguir
alrededor de U$ 375 por semana apenas vendiendo heces para la OpenBiome.
Por
consiguiente, eso de contribuir con su materia sólida no requiere saber
distinguir diferencias entre el ilusionismo hexaclorofeno de Colón y las
extraordinarias joyas de Fabergé, pues lo que más importa en el momento es
saber hacer una tortilla sin quebrar los huevos, siempre y cuando estos aún no
se encuentren en el culo de la gallina… ¡Cosmético asunto!
(*) Libros y e-book disponibles en: Livraria Saraiva: www.saraiva.com.br; Livraria Siciliano: http://www.siciliano.com.br; www.clubedeautores.com.br/carlosdelfante; y en: Plataforma
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