quarta-feira, 8 de abril de 2015

Al Final… ¿Eran, o no Eran?


Tan pronto surgieron los rumores en el país donde primero nace el sol, Corea del Sur pasó a exigir que el gobierno japonés se disculpe oficialmente con las esclavas sexuales coreanas… Por lo menos con las conocidas.

A causa de lo recientemente discutido en los escaños gubernamentales de aquel país de miradas oblicuas, la presidente surcoreana, Park Geun-Hye, exigió nuevamente que el gobierno de Japón se disculpe por el tratamiento que fue dado a las mujeres coreanas que fueron obligadas a prostituirse en los burdeles del ejército japonés durante la II Guerra Mundial, ya que según ella, “el tiempo urge”.

Según lo afirma la mayoría de los historiadores, hasta 200.000 mujeres trabajaron y necesitaron sufrir -sonrientes- en los burdeles del ejército imperial durante el curso de la guerra, la mayoría de ellas coreanas, aunque también había chinas, indonesias, filipinas e taiwanesas… Otras no, porque tenían los ojos bien abiertos.

Las relaciones -que no son sexuales- entre Seúl y Tokio continúan tensas, sobre todo debido a este drama histórico que viene siendo minimizado por los políticos conservadores de Japón. Algunos de ellos afirman que estas mujeres de vida (nada) fácil, más conocidas como “mujeres de confort” entre los carentes soldados del imperio del sol naciente, eran prostitutas profesionales, aunque ellas no tuviesen tarjetita de identificación.

En desacuerdo con ello, Park reiteró su pedido a las autoridades japonesas para que ellos solucionen este asunto de sexo por obligación “por todos los medios posibles”, ya que el número de sobrevivientes disminuye a cada día.

“Sólo tenemos 53 sobrevivientes, que tienen, en media, 90 años. El tiempo para restablecer su honra urge”, dijo la presidente coreana durante un discurso pronunciado por ocasión del aniversario del levante de 1919 contra la ocupación de la península por Japón (1910-1945).

La presión de los coreanos continúa, no obstante Japón haya reconocido oficialmente el sufrimiento -a veces con placer- de las mujeres asiáticas en la “declaración de Kono” pronunciada en 1993, la que lleva el nombre del secretario general del gobierno de aquella época y que expresa las disculpas y los remordimientos de su país.

En todo caso, una parte de los políticos de derecha realiza regularmente declaraciones ambiguas, al afirmar que esas mujeres eran prostitutas y no víctimas que fueron obligadas a prostituirse…

El primer ministro nacionalista japonés Shinzo Abe y la presidente surcoreana alcanzaron el poder casi al mismo tiempo, entre fines de 2012 e inicio de 2013, y desde entonces mantiene relaciones frías… Tal vez porque doña Park tenga miedo de que su par político quiera hacer con ella lo mismo que hacían sus soldados en aquel entonces.

Con todo, otra disputa que está sobre la mesa es la reivindicación de la soberanía por los dos países de un archipiélago en el mar de Japón, que los coreanos conocen como Mar del Este.

Y así, mientras no se aclara este tema de controversias en la horizontal, una vez que he alcanzado los pináculos de la Nada, paso a reflexionar analogías bajo la abstención de lo real, tan absurdo cuanto cretino, y concluir que nuestras amenidades continúan exóticas, así como las investidas contra la orfandad del orbe, lo que es más dramático… ¡Ilusorio!

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