Pronto, mi
puntual lector, se acabaron los falsos alegatos. ¡Sí!, porque a todos aquellos
que se les ocurre exteriorizar una disculpa cuando su llagada con atraso a la
oficina, reunión, compromiso o lo que fuere, volcando el tropiezo a su protervo
reloj, les aviso que esta ridiculez ahora tiene los días contados. O mejor
dicho, las horas contadas.
Eso, porque minuciosos
investigadores japoneses anunciaron haber creado dos relojes de tal precisión,
que estos sólo irán desajustar un segundo a cada 16 mil millones de años, un tiempo
que parece superior a la propia existencia del planeta Terra… Y del carcamán de
jefe que uno tenga.
En todo
caso, estos todavía son algo incomodos para uno querer llevarlos en el pulso,
ya que los llamados instrumentos “criogénicos de redes ópticas” no son bonitos
y por ahora se parecen más a un macro computador de que a un reloj tradicional
de pulso, mesa o bolsillo, mismo que estos presuman una precisión que no puede más
ser medida por los relojes atómicos actuales que definen la duración de un
segundo menos.
Por tanto, los
llamados instrumentos “criogénicos de redes ópticas” no son muy lindo que
digamos, pues se parecen más con un enorme armatoste computadorizado que a un
reloj común y corriente tradicional, no obstante tengan la presunción de tener una
precisión que no permitirá que los estólidos continúen acusando a su reloj del
ocasional atrasó… Que de por sí es una cosa muy distinta a cuando su mujer le
dice que se le atrasó el reloj biológico.
Como sea, ya
que de acuerdo con el equipo de investigadores dirigido por Hidetoshi Katori,
profesor en la Universidad de Tokio, estos aparatos son mucho más precisos que el
reloj atómico de Cesio empleado para definir la duración del segundo, el cual
no es muy confiable porque estos se desajustan a cada 30 millones de años.
Además, como
se ve, los nuevos relojes superan aun la precisión del reloj atómico presentado
en agosto de 2013 por investigadores americanos, el cual perdía un segundo a
cada 13,8 mil millones de años.
Claro que
nada en este mundo es perfecto, pues por ahora el sistema que fue revelado por los
puntuales investigadores japoneses es tan delicado, que él debe funcionar en un
ambiente extremamente frio, de menos 180 grados Celsius, como manera de reducir
el impacto de ondas electromagnéticas y así mantener el nivel de precisión…
Impecable.
Como una
enormidad de pensantes ya se cuestiona el motivo de tanta exactitud sempiterna,
es importante avisar que este nuevo avanzo puede tener implicaciones
importantes en la localización por satélite (GPS), basada en la diferencia de tiempo,
y en la cuantificación de la temperatura y de fuerzas como la gravedad o campo
magnético… Por lo demás, aún no han descubierto otra utilidad.
De todos
modos, utilizando como orientador de tiempo la aparente causa formal de
reflexionar cotidianos ahumados por el censo crítico, opino que muchos persistirán
en querer alterar situaciones colocando a su “bel piaccere”,- así como lo hacía
Lucrecia Bórgia en sus banquetes, eso es, abriendo tarritos de aderezos y
sustituyendo su contenido por condimentos maquiavélicos-, soluciones
metafísicas tan sólo para probar si el bojo del corpiño es cóncavo o convexo…
Desde el punto de vista de los pezones, obvio.
(*) Libros y e-book disponibles en: Livraria Saraiva: www.saraiva.com.br; Livraria Siciliano: http://www.siciliano.com.br; www.clubedeautores.com.br/carlosdelfante; y en: Plataforma
editorial Bubok: www.bubok.es/
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