Suele
escucharse por veces, que la fatalidad hace que tengamos que enfrentar
situaciones por lo mínimo inusitadas. Con todo, enciclopédicamente hablando, el término fatalismo
está formado a partir de la raíz latina “fatum”,
que significa “destino”.
En
base a ello, por tanto, el “fatalista” cree en una necesidad que negando la
libertad se impondría irremediablemente al ser humano. Sin embargo, en sentido
corriente, el fatalismo se refiere a la creencia en el determinismo de los
acontecimientos, dirigidos por causas independientes de la voluntad humana, sea
este determinismo procedente de fuerzas sobrenaturales como los dioses, de las
leyes naturales, del ambiente o de las experiencias adquiridas en el pasado…
Que de manera redundante a veces suelen ser fatales.
Así pues, no
es tanto un principio religioso como científico y filosófico, teniendo en
cuenta que el dios estoico no es otro que la razón. Y siendo así, el destino no
es otro que la cadena causal de los acontecimientos: “lejos de excluir el
principio de causalidad, supone su misma esencia”.
Por
su vez, se sabe que la existencia del destino en tanto que orden causal,
racional o necesario del devenir no fue contestado, con la excepción de los
filósofos epicureístas. La originalidad del fatalismo estoico reside no tanto
en la afirmación del fatum sino
en su carácter universal: “todo ocurre según el destino”… Ya esté escrito o no
en el libro de la vida.
Resumiendo
filosofías mundanas, esta noción de fatalismo conlleva una connotación
negativa, tanto en el lenguaje corriente como en el filosófico. En cambio, todos
reparamos que ha prevalecido la postura del determinismo que postula la
concatenación de eventos según el principio lógico de la causalidad.
Quizás fue por
eso mismo que una niña de apenas un año de edad se quedó sola en un apartamento
durante cerca de siete días sin comida o agua, después que su abuela falleciera
en la residencia que queda en el estado de Tennessee, Estados Unidos.
De acuerdo
con la policía local, Annette Ineichen, la abuela de la niña, fue encontrada
sin vida caída en el cuarto de baño. Pese a ello, la pequeña Brier Rose
permaneció en la casa por pelo menos una semana hasta que el padrastro Anthony
Waldo, acompañado de la policía, apareciese en la casa de su suegra.
La madre de
Brier y a su vez hija de Annette, Tracy Ineichen, de 28 años, notó que algo
estaba mal luego de no conseguir mantener contacto con su madre desde hacía
algunos días. El caso es que ella está detenida y cumple pena desde el mes de
setiembre, y a causa de ello su pequeña hija había quedado a los cuidados de su
abuela.
“Cuando yo agarre
a la bebé, ella simplemente no conseguía mantener firme la propia cabeza. Ella
me abrazó y desmayó sobre mí”, dijo Waldo en la entrevista que concedió a la red
“WVLT”… “La bebé estaba tan deshidratada que ni conseguía llorar”... “Cuando la
tomé en mis brazos, la pequeña Brier estaba en estado crítico”.
Los policiales,
por su vez, dijeron que cuando fue encontrada, la niñita estaba con un fuerte olor
a orina y excremento y tenía los labios bastante hinchados. Obviamente que la
pequeña Brier fue transferida de prisa para el hospital “East Tennesse Children”.
A más, la madre ya fue libertada de la prisión para poder cuidar de su hija.
Sin duda que
al hablar de fatalidad uno se olvida de los milagros, pues todos necesitarían
urgentemente saber que virgen nos parió, qué diablo nos tentó, qué judas nos
traicionó, qué clavos nos crucificaron, que tumba nos oculta, qué resurrección
nos espera… ¡Fatal!
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