quinta-feira, 3 de dezembro de 2015

La Fatalidad te Toca Desde Niño


Suele escucharse por veces, que la fatalidad hace que tengamos que enfrentar situaciones por lo mínimo inusitadas. Con todo, enciclopédicamente hablando, el término fatalismo está formado a partir de la raíz latina “fatum”, que significa “destino”.

En base a ello, por tanto, el “fatalista” cree en una necesidad que negando la libertad se impondría irremediablemente al ser humano. Sin embargo, en sentido corriente, el fatalismo se refiere a la creencia en el determinismo de los acontecimientos, dirigidos por causas independientes de la voluntad humana, sea este determinismo procedente de fuerzas sobrenaturales como los dioses, de las leyes naturales, del ambiente o de las experiencias adquiridas en el pasado… Que de manera redundante a veces suelen ser fatales.

Así pues, no es tanto un principio religioso como científico y filosófico, teniendo en cuenta que el dios estoico no es otro que la razón. Y siendo así, el destino no es otro que la cadena causal de los acontecimientos: “lejos de excluir el principio de causalidad, supone su misma esencia”.

Por su vez, se sabe que la existencia del destino en tanto que orden causal, racional o necesario del devenir no fue contestado, con la excepción de los filósofos epicureístas. La originalidad del fatalismo estoico reside no tanto en la afirmación del fatum sino en su carácter universal: “todo ocurre según el destino”… Ya esté escrito o no en el libro de la vida.

Resumiendo filosofías mundanas, esta noción de fatalismo conlleva una connotación negativa, tanto en el lenguaje corriente como en el filosófico. En cambio, todos reparamos que ha prevalecido la postura del determinismo que postula la concatenación de eventos según el principio lógico de la causalidad.

Quizás fue por eso mismo que una niña de apenas un año de edad se quedó sola en un apartamento durante cerca de siete días sin comida o agua, después que su abuela falleciera en la residencia que queda en el estado de Tennessee, Estados Unidos.

De acuerdo con la policía local, Annette Ineichen, la abuela de la niña, fue encontrada sin vida caída en el cuarto de baño. Pese a ello, la pequeña Brier Rose permaneció en la casa por pelo menos una semana hasta que el padrastro Anthony Waldo, acompañado de la policía, apareciese en la casa de su suegra.

La madre de Brier y a su vez hija de Annette, Tracy Ineichen, de 28 años, notó que algo estaba mal luego de no conseguir mantener contacto con su madre desde hacía algunos días. El caso es que ella está detenida y cumple pena desde el mes de setiembre, y a causa de ello su pequeña hija había quedado a los cuidados de su abuela.

“Cuando yo agarre a la bebé, ella simplemente no conseguía mantener firme la propia cabeza. Ella me abrazó y desmayó sobre mí”, dijo Waldo en la entrevista que concedió a la red “WVLT”… “La bebé estaba tan deshidratada que ni conseguía llorar”... “Cuando la tomé en mis brazos, la pequeña Brier estaba en estado crítico”.

Los policiales, por su vez, dijeron que cuando fue encontrada, la niñita estaba con un fuerte olor a orina y excremento y tenía los labios bastante hinchados. Obviamente que la pequeña Brier fue transferida de prisa para el hospital “East Tennesse Children”. A más, la madre ya fue libertada de la prisión para poder cuidar de su hija.

Sin duda que al hablar de fatalidad uno se olvida de los milagros, pues todos necesitarían urgentemente saber que virgen nos parió, qué diablo nos tentó, qué judas nos traicionó, qué clavos nos crucificaron, que tumba nos oculta, qué resurrección nos espera… ¡Fatal!

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