“Apenas un día y una noche terrible…”.
Según las palabras surgidas en la mente del filósofo Platón y registradas para
la posteridad en sus anales, fue un tiempo más que suficiente para una tragedia
natural hacer desaparecer Atlántida, la legendaria ciudad que habría sido
destruida por un diluvio… Eso, porque Noé vivía en la otra punta del mapa.
No obstante
todos sepamos que por esos mismo parajes, hoy día la Al-Qaeda, el Isis y otros
grupos de locos sueltos más, destruyen ciudades con bombas en menos tiempo.
Con todo,
volviendo en tiempo y espacio al periodo heleno, todo indica que Atlántida ahora
puede finalmente dejar de ser un mito para tornarse una verdad… Lo que por su
vez dejaría a los libreros locos de rabia, ya que ellos tendrán que retirar
cientos y cientos de viejas y empolvadas obras de sus anaqueles.
Como sea y
ocurra, el investigador español Manuel Cuevas, especialista en estos
misteriosos asuntos, acaba de afirmar que acredita haber encontrado la mística
ciudad, ya que de acuerdo con los viejos registros de Platón, Atlántida quedaría
en las proximidades donde actualmente está el “Parque Nacional de Doñana”, en Andalucía,
España. Y fue exactamente ahí que su investigación comenzó y puede que haya tenido
éxito.
El
entusiasmo de Cuevas fue transferido para la prensa con la siguiente
declaración: “Tengo el 99% de certeza que encontré Atlántida”. Esto, porque el
español basó su pesquisa en imágenes de satélite realizadas en la región donde
Platón afirmó haber existido la ciudad. Y, según Cuevas, las fotos muestran
claramente “la existencia de diversas estructuras construidas por el hombre y
que formarían una gran ciudad antigua”.
Aún se le ha
dado por afirmar que las imágenes muestran lo que podría ser murallas, calles y
hasta mismo un edificio con una cúpula gigantesca. Esos restos, según él,
evidencian la formación de una gran ciudad con extensión de más o menos ocho kilómetros,
y las estructuras pasan la impresión de pertenecer a una ciudad circular, que
podría estar localizada en una isla… No necesariamente la misma del Sr. Roarke y Tattoo, ya que esa quedaba en algún lugar
del Océano Pacífico, donde la gente concurría pensando en poder cumplir sus
fantasías sin importar su índole… ¡Pura fantasía!
Pero el emocionado
Cuevas, que no era amigo del actor
mexicano Ricardo Montalbán, va más
lejos y explica” “Sea o no sea Atlántida, porque ni sabemos se era ese el nombre,
el hecho es que la evidencia traída por las fotografías es bastante clara. Y es
clara en relación a la existencia de restos y estructuras muy antiguas realizadas
por el hombre. Estamos delante de una sociedad antigua y desconocida, que tal vez
hasta hoy habitase en nuestros pensamientos apenas como mito”.
El caso es
que, una vez realizado el descubrimiento, el investigador contactó a don Ramón
Caroz, uno de los maestros de arqueología de la “Universidad de Sevilla”, también
en España. La respuesta del hombre fue animada e interesada sobre el asunto, pero
repleta de cautela. Este especialista -que ni loco se aparta de la ciudad para
no perder su silla-, afirmó que “quiere estudiar cualquier evidencia comprobable”,
pero que por ahora prefiere ir con calma antes de hacer cualquier anuncio.
Por su vez,
a pesar de la desconfianza de la comunidad científica y arqueológica en torno del
descubrimiento, Cuevas no se cansa de hablar sobre los 99% de certeza que posee.
Ajeno a las críticas, el investigador garante a las personas próximas que hizo,
con esas imágenes de satélite, la más grande descubierta de su vida, y una de las
mayores de la historia de la humanidad.
Con el mismo
dramatismo de Malcon Lowry, pensando en eso y de ojo avizor en el escándalo
pluviométrico de aquel entonces, de repente me siento fatigado por esa Realidad
excesiva que ahora golpea mi puerta, ya que de alguna manera y con heroica
determinación, advierto que don Cuevas pretende mudar radicalmente las insignificantes
cosas de la vida… ¡Drástico!
(*) Libros y e-book disponibles en: Livraria Saraiva: www.saraiva.com.br; Livraria Siciliano: http://www.siciliano.com.br; www.clubedeautores.com.br/carlosdelfante; y en: Plataforma
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