Uno no tiene
por qué asustarse anticipadamente, pero a los expertos en esas cosas de desbravar
la mente humana, se les ha dado por indicar que los costos de los tratamientos
de demencia pueden llegar a la estratosférica cifra de 1 trillón de dólares en
tres años.
A causa de tal
desvarío, pregunto: ¿Debemos, pues, acreditar en los documentos que nos han
sido legados, o debemos hacer como el Dr. Jung, y dejar que la imágenes
honoríficas se mezclen con la Realidad para ser creadas y recreadas y otra vez
recontadas con requintes de sadomasoquismo?
Duda de
igual tamaño a la que tuviera Hamlet un día, aunque no tan cadavérica, mismo
que todo parezca una inesperada carga para esa posteridad sedienta por
instantáneos de la Verdad. Al final de cuentas, aparte de disfrazar los
atavismos reverberantes, es como lo previera el ecuánime filósofo Stertínius:
“Fuera del estoicismo no hay sabiduría y todos son locos, excepto nosotros”.
Juzgo que lo
difícil en este caso sería uno tener que rehacer toda esa belleza diaria en que
vivimos, para convertirla en algo escenográficamente límpido, puesto que a los
investigadores del área de la salud se les ha antojado decir que actualmente
existen cerca de 47 millones de personas sufriendo de demencia en el mundo
todo. Lo que, no es nada, no es nada, indicaría que ese número supera la cifra de 35 millones registrada en 2009; advirtiendo que caso no
ocurra un avanzo médico en ese campo específico, estos números probablemente se
duplicarán a cada 20 años… Cuando habrían locos en cada esquina.
Resulta que
en un informe que fue divulgado la semana anterior, los investigadores
internacionales de la “Alzheimer’s
Disease International”, informaron que cerca del 58 por ciento de todas
las personas con demencia viven en países en desenvolvimiento; agregando aun
que en 2050, casi la mitad de las personas con ese tipo de enfermedad
pertenecerán a Asia. Aseverando que la tendencia de esos números es aumentar,
ya que a medida que la población mundial vaya envejeciendo, más casos serán
identificados.
No estoy del
todo seguro si ellos ya me han incluido en esa estadística, pero de acuerdo con
la “Organización Mundial de Salud”, existen 7,7 millones de nuevos casos de
demencia a cada año en el mundo… Por lo que si no es hoy, seguramente será
mañana.
Como advertí
al inicio, ni todo delirante leyente debe preocuparse por anticipación, ya que
todo se resuelve con plata, sino, como explicar que estos especialistas estiman
que el costo del tratamiento de la demencia podría saltar para 1 trillón de
dólares en apenas tres años. En base a ello, estos ilustrados pasaron a incentivar
a que los gobiernos adopten una legislación que garanta un tratamiento mejor
para los portadores de este tipo de enfermedad, ya que aún no fue encontrada la
cura definitiva para la demencia.
Por las
dudas, todo exaltado debe estar atento a los síntomas, porque según acrecienta la
“Clínica Mayo”, personas con demencia presentan por lo menos una de las
siguientes trabas de funcionamiento de su cerebro: problemas con la memoria;
raciocinio; lenguaje; problemas para realizar sus actividades diarias (ellas se
pierden fácilmente en cuanto están dirigiendo o tienen dificultades para administrar
sus cuentas).
No obstante se
diga que la pérdida de memoria ciertamente es una característica de la demencia,
eso no quiere decir que automáticamente la persona tenga el síndrome… O que no
lo acepte, porque de locos todos tenemos un poco.
A más, las
personas con demencia no son las únicas afectadas por los efectos de la referida
patología, ya que sus cuidadores también sufren con el estrés propio de la
situación, y necesitan de mucho apoyo emocional.
Por tanto, le
recomiendo que no nos importemos con esa vil realidad de valores dudosos, sobre
todo en cualquier instante supremo, cuando se nos ocurre abrir la boca para
hablar arrobos, y de pronto vemos surgir algún viviente paranoico que luego
piensa en llamar a la policía… ¡Esquizofrénico asunto!
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