Es
suficiente con destapar un tarro para que surja de allí una leyenda. Hay muchas
rodando en este mundo, pero una que proviene
de la mitología nórdica contiene reseñas más tempranas preservadas de los elfos (*).
…No consta
en el libro Génesis, pero dicen que pasados ya algunos años desde su compelida salida
del Paraíso, cierto día Dios fue a visitar a Adán y Eva, quienes ya no le
guardaban rencor ni pudor y lo recibieron calurosamente y le enseñaron la casa
donde ellos ahora vivían. Luego a seguir, le mostraron a sus hijos, los cuales,
de cara, a Dios le parecieron harto prometedores.
El Supremo
preguntó entonces a Eva si no tenían más hijos, además de los que él había
conocido, pero ella le contestó que no. Lo que no era verdad, pues resulta que
a Eva no le había dado tiempo de asear a toda su prole y le daba vergüenza que
Dios los viera, por lo que los escondió.
Ese
extremo, no obstante, ya era conocido por Dios, a quien nada se le escapa, y, por
tanto, le dijo: -“Que todo lo que se oculte a mí, también se oculte a los hombres”.
Y fue así, que a partir de ese día todos los hijos escondidos y sin asear de
Eva fueron invisibles a los ojos de la gente, y habitaron los montes y las
lomas, las colinas y las rocas. Es de ellos que provienen los elfos, mientras
que los humanos son los descendientes de aquellos que Eva presentó a Dios.
Los humanos
nunca pueden ver los elfos, a menos que éstos así lo deseen. Sin embargo, ellos
sí pueden ver los humanos y dejarse ver a su antojo. Por eso que quien los ha
visto afirma que los elfos son humanoides de
apariencia frágil y delicada, con orejas puntiagudas, piel pálida y ojos
almendrados y poseedores de una personalidad traviesa.
Son seres de
larga vida que viven cientos de años, o quizás sean hasta inmortales. Incluso
se piensa que poseen poderes de vida. Y a pesar de ser menos corpulentos que los humanos, por término medio, tienen
mayor agilidad y destreza en sus movimientos.
Así como
muchos de los seres fantásticos, los elfos piensan que los humanos son una raza
inferior, debido a su falta de inteligencia… Y visto lo que he visto, yo les
creo.
(*) Adaptado del libro Cuentos Populares Islandeses
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