Primeramente, el leyente debe considerar que el asunto en cuestión no es
una exclusividad ocurrente de aquella región oriental de nuestro vilipendiado planeta,
pero me da la impresión -al igual de lo que ocurre en otros países- que la
incompetencia y el descaso de las autoridades gubernamentales de la India forjan
aún más la acentuación de este melancólico tema de odio premeditado hacia los
seres humanos de otras razas.
Es evidente que la razón de lo antes mencionado se debe a las recientes
revistas nocturnas que son realizadas en casas de subsaharianos en Nueva Delhi,
las que son lideradas por un miembro del gobierno de la capital y sin permiso
judicial, que trajeron a flote la discriminación y el preconcepto que es practicado
en la India contra la gran comunidad negra que allí reside.
Por ejemplo, Mek, un estudiante nigeriano, llegó a explicar a la
“Agencia Efe”: “Para mí, es muy difícil vivir aquí porque somos negros. Cuando
alguien te ve por la calle te ataca con piedras. Salir después de las ocho de la
noche es complicado. Además, las mujeres negras son perseguidas... ¿Por qué eso
acontece? ¡No sé decir! Pero en mi país le preguntamos (a la numerosa población
indiana) si para ellos es difícil vivir en Nigeria, y nos responden que no. ¿Entonces,
por qué para nosotros es difícil vivir aquí?”, cuestionó Mek.
El relato de este estudiante, que cursa gestión de negocios en la
capital indiana, se repite con frecuencia entre los negros que se arriesgan a hablar,
pues desde que las casas comenzaron a ser revistadas a partir del 15 de enero, lo
que predomina es el silencio.
En la noche del 1º de marzo el hecho volvió a suceder. Es que el abogado
y ex consejero de Justicia del gobierno de Nueva Delhi, Somnath Bharti, realizó
una incursión acompañado de la policía y de cámaras de televisión por un barrio
de la capital con gran emigración subsahariana, ya que Bharti y otros acusan a
los vecinos negros de dedicarse al tráfico de drogas y la prostitución.
Esa noche, Bharti ordenó a los policías para que entraran en una de las
casas, no en tanto ellos se negaron ya que no portaban orden judicial. Delante
de la recusa, él, junto con algunos seguidores y moradores del barrio, actuó
por cuenta propia.
Fue cuando Bharti obligó a cuatro ugandeses a comparecer al hospital
para realizar un test por consumo de drogas -que dio negativo-, e, inclusive, exigió
a una de ellas a orinar en público, según el abogado de las víctimas, Harish
Salve.
Pero el relato de otro de los subsaharianos va más allá: “Ninguno de ellos
usaba uniforme. Batieron en la gente, me golpearon en el ojo y por todos lados.
Pensé que me iban a matar. Después me llevaron para la comisaría”, alcanzó a declarar
uno de los ugandeses al canal indiano “NDTV”.
Es conveniente destacar que el tema de la percepción de los negros como gamberros,
vulgares y traficantes de drogas, parece ser algo generalizado en barrios como
Krishna Park, en el cual existe una gran comunidad de nigerianos.
Por ejemplo, Anil Kumar, de 51 años, acompañado de su perro, y quien
afirma orgulloso que sólo late para negros, declaró: “Los negros salen en
grupos y pasean hasta de madrugada, pero la policía no les hace nada. Sentimos
que somos nosotros los que vivimos en Nigeria y no al contrario… Sentimos miedo
de ellos”.
Al igual que Kumar, Vijay Sharma, de 54 años, protesta, junto a otras vecinas
del barrio, explicando que se siente escandalizada por la forma como se visten las
nigerianas… “No tienen noción de quien es el pueblo que vive aquí”, comentó, acrecentando
que los negros no se importan en hacer barullo cuando las otras personas están durmiendo.
“Los malos tratos a los cuales sometemos a los africanos, es producto de
nuestra actitud con el color de la piel. No nos gustan aquellos que son más oscuros
que nosotros, en cuanto ansiamos por una piel más clara”, discurrió el
prestigiado periodista Karan Thapar, que comanda un programa de entrevistas en
la TV.
En la obra “India: retrato de una sociedad”, el psicoanalista Sudhir
Kakar y la antropóloga Katharina Kakar, basan esa obsesión por la piel más blanca
al sistema de castas, en el cual “un brámame será más claro que un intocable”.
“Hay pruebas por toda parte de esa preferencia indiana por la piel clara
y el menosprecio, que fronteriza el desprecio a los de piel oscura. (...) Un
africano de piel oscura recibirá, en general, un tratamiento condescendiente y
será, inclusive, sometido al ridículo”, sentencian estos autores en su libro.
Kim Barringhton Narisetti, una editora afroamericana que vive en Nueva Delhi,
llegó a escribir un artículo que fue publicado a fines de enero en el diario
indiano “The Economic Times” sobre los continuos ataques y provocaciones que ella
sufre por causa del color de su piel… “Un niño de unos ocho años me tiró una piedra
y me tendría golpeado en el ojo si yo no estuviese con lentes de sol. (...) Otro
día, en un hotel, un otro niño saltaba y hacía gestos imitando un mono, en cuanto
apuntaba para mí y para mi hija, mientras sus padres se reían”, recordó ella en
su artículo.
Claro que cualquier viviente puede extrapolar esta situación de
intolerancia hacia prójimos de distintas razas y otros credos en su propio
país, ya que casos similares ocurren con más o menos incidencia de que en la
India… Y es eso lo que me lleva a preguntar al considerado leyente: ¿No estaría
en la hora de bajar los decibeles, no declamar tanto, y pasar a valorizar un
poco más tantas cosas positivas que existen en medio de los desastres y de las
actitudes segregacionistas y discriminatorias que todavía conservamos, y pasar
a luchar todos juntos para desterrar de nuestro planeta la violencia, el
racismo xenófobo y la mala fe?... Bastaría con un pequeño esfuerzo para cada
uno contribuir con un poco… ¿No le parece?
(*) Si
desea seguir la misma línea y enfoque de este Blog, dese una vueltita por
“Infraganti!!! Imágenes sin retoque”, un blog que contiene apenas instantáneas
del cotidiano. Disfrútelo visitando http://guillermobasanez.blogspot.com.br/ y pase por mis libros en el sitio: www.clubedeautores.com.br/carlosdelfante ...
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