-Buenos días,
mi amigo… ¿Fue de compras?
-Buenos para
usted también, doctor… Veo que hoy anda curioso, al punto de reparar en el
paquete que cargo.
-¡Es verdad!
Para eso tengo dos ojos, mi amigo. Y a causa del envoltorio que lleva, luego
supuse que usted se entretuvo gastando dinero.
-Cómo no ir
de compras con el calorcito que está haciendo fuera de época, si dicen que el año
2014 ha sido el más caliente de la historia en por lo menos 20 países, y las
concentraciones de gases de efecto estufa nunca fueron tan altas desde que la
medición comenzó a ser realizada. No me diga que usted no hace parte de los que
se entretienen con liquidaciones oportunas para compra ropitas veraniegas,
doctor.
-¡Definitivamente,
no! Para su conocimiento, mi amigo, le aviso que la conclusión a que llegó un
equipo ruso de científicos, es que en los próximos 35 años, todo el territorio
de América Latina podrá terminar inundado por cuenta del aumento abrupto del nivel
del mar…
-¿No me
diga? Eso sería terrible, doctor. Cuente… Cuente…
-No sé si
usted sabe, pero acabo de enterarme que el Vicedirector del Instituto de
Pesquisa Científica del Ártico y de Antártida, Alexánder Danilov, ha mencionado
que el problema será causado por la mudanza drástica de la temperatura del
planeta.
-¿Qué quiere
que le diga, doctor? No creo en esas previsiones meteorológicas. Esos tipos
siempre se engañan, y uno termina saliendo a la calle lleno de ropa, ¡para nada!
-Pues, en
este caso de nada le servirán esas prendas, ya que según lo afirma Danilov, los
cálculos sugieren que la temperatura se estabilizará rápidamente, pero que el
nivel de los océanos continuará creciendo por varios siglos.
-¿Y usted,
qué recomienda? Qué compre paraguas, un piloto, galochas…
-Creo que
ese tipo de cosas tampoco le servirán, mi amigo, a no ser para gastar dinero,
puesto que dentro de sus previsiones, los principales territorios afectados serán
América Latina, Europa, Canadá y Estados Unidos, donde un total de cerca de 150
millones de personas necesitarán ser dislocadas de su hábitat.
-Entonces,
quiere decir que ni bufandita, ni sobretodo, blusas gruesas…
-Evidente,
mi amigo. En este caso, lo más recomendable sería comprarse un bote, ya que de
acuerdo con el estudio, hasta 2050 el nivel de los océanos puede subir cinco
metros. Y a pesar de esa cifra no parecer mucho, se dice que tal aumento puede
traer consecuencias de proporciones gigantescas.
-¡No sea
pesimista, doctor! Cinco metros es el tamaño de cualquier ondita en día de
invierno. O como esas que surfean en Hawái y Australia.
-¿Pesimista,
yo? Usted que es un jocoso, mi amigo. Se lleva todo en chacota.
-Pues yo
opino que usted no pasa de un alarmista. ¿No le alcanza con lo que dicen los
noticiaros a la hora de los pronósticos del tiempo?
-Usted
piense lo que quiera, mi amigo, pero yo me baso en hechos concretos y
científicos, y doy oídos a lo que Natalia Riazánova, la responsable por el
Laboratorio de Geoecología del Instituto Estadual de Relaciones Internacionales
de Moscú, quien explicó que esos cinco metros de crecimiento de los océanos es
un señal muy serio. En realidad, los grandes territorios bajos, donde vive la mayor
parte de la población del planeta, estarán en zonas de inundación.
-Bueno, si
es así como usted lo dice, doctor, juzgo que pronto surgirá una falange
interesada en comprar los billetes
solamente de ida que promueve la empresa holandesa “Mars One” para viajar a Marte dentro
de once años, un proyecto que apoya el Nobel de Física de 1999, Gerard´t Hoofd.
-Qué
ocurrencia la suya, mi amigo… En todo caso, ese es otro tema polémico. Mejor lo
dejamos para otro día. Hoy la hora se nos pasó volando… Lo veo mañana.
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editorial Bubok: www.bubok.es/
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