-¿Qué tal,
doctor?... ¡Qué cara tiene hoy! ¿Por qué no se toma un antiácido antes del
cafecito? Seguramente le hará bien…
-Bien día,
mi amigo. Gracias por su consejo, pero no lo necesito.
-Entonces,
¿a qué se debe esa cara de orto que usted tiene?
-Quiere
decir que hoy comenzamos temprano con sus impertinencias.
-Nada que
ver, doctor. Me preocupa verlo así, en ese estado.
-Pues yo no
sé bien cuál podría ser su cara, si por acaso tiene que enfrentarse a policías intransigentes…
Me gustaría verlo.
-¿Ocurrió
con usted, doctor?
-Evidente
que no, mi amigo. Pero es el caso de preguntarle: ¿Ya pensó usted estar en un
hotel de alta rotación con una persona cualquiera, que mal conoce, y de repente
la policía entra y da voz de prisión a los dos?
-¿Fue con
alguien que conozco? Porque no cuenta más detalles, doctor. ¡Este chisme
promete!
-Primero le
diré que no fue con nadie de su círculo íntimo; y segundo, que ese tipo de
ocurrencia ya está aconteciendo diariamente en la India.
-¿No me
diga?... No, no… Diga, cuente nomás el resto de la historia.
-Qué quiere
que le diga, que los policiales andan invadiendo los cuartos de huéspedes en
ese tipo de hoteles en busca de parejas que no sean casadas legalmente; y que
hasta el momento 80 personas fueron detenidas y libertadas mediante el pago de
una multa.
-¿Qué
insolencia, doctor? ¿Dónde vamos a parar?
-A la
comisaría, ¿a dónde más sería?
-No lo digo
por nosotros. Hablaba en sentido figurado, doctor… Qué amargura usted tiene
encima. Hoy lo noto muy angustiado…
-A mí, no.
Pero creo que allá en la India muchos deben estarlo, pues estos casos han causado
mucha revuelta, una vez que no hay ley que imposibilite que parejas que no sean
casadas puedan dividir un mismo cuarto. Por otro lado, la policía se basa en leyes
anti prostitución para hacer lo que bien entiende.
-Esas son
imaginaciones suyas, doctor. Eso ya no ocurre en el siglo actual.
-Mire, para
que vea que le digo la verdad, mi amigo, basta con decirle que una joven de 21
años, presa por estar en uno de esos hoteles con su novio, tuvo que llamar por
teléfono a su padre de madrugada, para pedirle ayuda y que la tirara de la prisión.
-¡Espectacular,
doctor!
-¿Lo qué es
espectacular para usted?
-La cara que
habrá puesto el padre de esa chica precoz.
-La del
padre no sospecho cual puede haber sido, mi amigo, pero sí la de los dueños de los
hoteles, ya que estos se sienten sumamente preocupados con la actitud y piden
una acción vehemente contra los policiales.
-¿Ve? Por
aquí, ese tipo de cosas las solucionan de modo más fácil. Basta con darles una
coima, y pronto, los dejan trabajar tranquilos.
-Imagino que
es exactamente eso lo que usted haría, ya que siempre le parece más fácil
burlar la ley… ¿No?
-Se
equivoca, doctor. Yo busco eliminar la burocracia. Resulta más fácil… ¿No ve
como lo hacen los políticos?
-Lo que
ellos hagan, a mí me importa un pito…
-No se me
vaya del tema, doctor, que el asunto no es con ellos. Termine de decir lo que
me estaba contando, por favor.
-Poca cosa,
porque de acuerdo con los relatos de los gerentes y dueños, las principales búsquedas
en hoteles y moteles están aconteciendo durante la madrugada, y afirman que los
huéspedes son “extremamente humillados” ya que las revistas ni siquiera son
explicadas por los oficiales.
-No le digo,
si les mojasen las manos, eso no ocurría…
-Hágame el
favor, mi amigo. Pare de insistir con majaderías… Y ya que estamos, le diría
que ya no me caben dudas de que usted ha sido uno de los tantos que ha votado
en los gobernantes que tenemos.
-Doctor,
antes de que lo mande a la mierda, mejor me retiro…
-Vaya nomás,
y no se olvide de pagar por el papel que usa…
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