Nadie debe perder
el resuello al intentar silabear letras sin nexo y sin sexo, pero científicos
afirman que algunos representantes del género humano tienen un gene llamado
“DRD4”, que en hipótesis alguna debe confundirse con el “CR7”. Esencialmente, porque
el primer gene nombrado permite que la persona sea más libre, en cuanto que el
segundo lo llevaría a querer patear las pelotas.
Como sea, es
común encontrar el gene “DRD4” en individuos que buscan emociones fuertes, que gustan
de situaciones nunca vividas, que tienen una posición política liberal y, de
acuerdo con un nuevo estudio, no se dan muy bien con la monogamia.
El estudio,
que fue realizado por científicos de tres universidades de los Estados Unidos, une
ese tal gene a la infidelidad y al sexo sin compromiso. Para llegar a esta
conclusión fueron analizadas informaciones del DNA y los históricos de la vida
sexual de 181 personas… Y les aclaro que de la mía no, porque me negué a participar.
En fin, la triste
conclusión a que llegaron esos letrados, es
que quien tiene el “DRD4” en la sangre se siente dos veces más propenso a encarar el sexo sin compromiso como algo normal... Algo que suena confuso, pero opino que mi vecino debe
tener ese gene, porque él no consigue entender como sexo casual podría ser un
problema. Además, porque mitad del grupo que tiene ese gene en su cuerpo ya asumió
haber engañado un día… O muchos, muchos días.
Si es así, es
evidente que frente a tal encrucijada surgirán aquellas preguntas que han quedado
en abierto en la mente del más fino lector, como por ejemplo:
¿Traición:
perdonar o seguir la vida solo/a? - La explicación científica hace referencia
a que quien tiene ese gene busca más por la recompensa rápida, y con ello surge
la liberación de dopamina. Esa substancia es liberada en mayor cantidad cuando uno
alía el acto a un riesgo… Algo así como comer chocolate cuando se está de
dieta.
¿Usted está
pronta/o para un relacionamiento abierto? - No obstante nada de ello sirva de disculpa
para engañar y hallar que está todo bien en el huerto del Señor, el lado bueno
es que este gene puede influenciar el interés por otras personas, incluso cuando
se está en un relacionamiento. Sin embargo el pecado no es del gene, ya que es
uno mismo quien decide si quiere ser una persona decente y honrar el compromiso,
o si en verdad quiere arrojar todo en la lama por un poquito de emoción.
¿Cuantas personas
uno puede amar al mismo tiempo? - El acto de engañar no es correcto y, aunque
sepamos que ello acontece en las mejores familias, no es adecuado y no necesita
acontecer. Sin embargo, si se da el caso en que uno no consigue permanecer con
apenas una persona, entonces es mejor que busque un relacionamiento abierto y no
monogámico.
Por
supuesto, no se olvide que todos los tipos de relacionamiento exigen
responsabilidad afectiva, al final de cuentas, conforme lo registrara Antoine de Saint-Exupéry un día, uno siempre debe ser responsable por todo aquello que cativa… Una
cuestión de elección, nada más.
En todo caso, atormentado por lo que he
escrito y sintiéndome perseguido por el clamor intestinal de la hipocresía
ajena, me estimo propenso a seguir los mismos pasos que diera Gauguin y mudarme
de una vez para Tahití, a donde huiré de los olores sociales con sus optimismos
exagerados y sus positivismos excesivos… ¡Cosa de loco!
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