Cada día es un comienzo
nuevo, y créeme, esa es la hora y el mejor momento, porque no estás sola, y porque
yo te quiero. Pero si estás sola por la noche, ya pronta para dormir, quizás
escucharás que alguien te llama sin que tú lo sepas, y aprenderás entonces que
también hay cosas que son como el viento, que existen pero que no se ven.
Es probable que en una
tarde de fastidio, tal cual como florecen las flores, nazca en ti un afán y
aprenderás entonces que hay ciertas cosas que son como el río, que se están
yendo siempre, pero que en verdad no se van.
Quizás cuando estés por
cruzar la calle un día, tu corazón risueño recordará una pena que no tuviste
ayer, y aprenderás entonces que hay cosas que son como el sueño, cosas que
nunca han sido pero que pueden ser.
Acaso, por más que tú
prefieras ignorar ciertas cosas de la vida, sabrás por qué suspiras oyendo una
canción, y sólo así comprenderás entonces que hay cosas que son como las rosas,
cosas que son hermosas sin saber que lo son.
Una tarde cualquiera sentirás que te has ido y un soplo de ceniza regará tu jardín, y comprenderás entonces que el tiempo y el olvido son las únicas cosas que no tienen fin.
Una tarde cualquiera sentirás que te has ido y un soplo de ceniza regará tu jardín, y comprenderás entonces que el tiempo y el olvido son las únicas cosas que no tienen fin.
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