En el tratado teórico del “Síndrome Agudo
Cornudo” (S.A.C.) consta que según
estudios realizados, el Síndrome, aunque muchos piensen que se desarrolla en la
cabeza, comienza en la zona de la espalda. Hipótesis basada en que los demás
son los primeros en enterarse, mientras uno permanece ajena/o. El proceso de
incubación cornuda, por lo regular, es a largo plazo y es muy difícil que
alguien nos alerte sobre ello, simplemente uno pasará a ser el “pobrecito/a”.
¿Traducción?... ¡El cornudo!
Ya hace tanto que lo leí, que no sé si estoy equivocado. Pero si no me
engaño, -ya que de engaño aquí se trata-, en la “Ilíada”, Homero relata la
historia de la muerte del rey de Micenas, Agamenón, en manos de Egisto, -el
amante ilícito de la reina, su mujer Clitemnestra-, cuando este vuelve
victorioso de la guerra de Troya. Más bien, se trata de una muerte causada por
el corazón resentido de la mujer del rey, que se llenó de odio al ser
sacrificada su hija Ifigenia.
De ahí surge el “Complejo de
Clitemnestra”, que se define como la propensión a la infidelidad
“vengativa” o “lesiva”, que se da en algunas mujeres, dentro del marco de una
relación conyugal.
En verdad, se trata de una resentida (o vengativa) compulsión de querer
dañar al cónyuge a base de infidelidades reiteradas, por parte de la mujer, que
terminan lesionando, seria o fatalmente, a la víctima engañada… El que luego
pasa a sufrir la “síndrome del toro”.
Los expertos en esa protuberancias ornamentarías-decorativas mencionan que quien
sufre con ello, en la mayoría de casos la víctima muere a una edad temprana,
afectada principalmente por alguna somatización inducida por los reiterados
“castigos afectivos” de la adultera, que se sirve del apoyo de uno o varios
“cornudos” para vencer o subyugar al cónyuge.
Por consiguiente, el complejo de
Clitemnestra degenera en un “Síndrome
de Infidelidad Compulsiva” (S.I.C)
y/o en adicción sexual, cuando se practica en más de una ocasión. Además, las
mujeres afectadas por dicho síndrome son fóbicas al amor y recurren a la
infidelidad para interrumpir los lazos afectivos que se establecen y crecen
dentro de la pareja.
Habitualmente, la fobia a sentir amor se debe a los malos tratos paternos
recibidos por parte de la mujer adúltera durante su infancia y juventud. Se han
dado casos de mujeres que de niñas fueron violadas o forzadas sexualmente por
sus progenitores. El maltrato es, generalmente, la causa del resentimiento y
del miedo o fobia al amor.
No en tanto, algunos opinan que si ese es el caso, ciertas veces esos “malos
tratos paternos” pueden haber ocurrido por la mitad, lo que podría explicar por
qué una mujer española tentó
disimular su acto, lo que consiguió por solo nueve meses, ya que cierto día no
pudo esconder por más tiempo el secreto de que había engañado a su novio en su
despedida de soltera.
Todos dirán,
¿y qué?... Concuerdo con ellos, salvo que en este caso, ella, durante el
evento, transó con un “enano stripper” y acabó embarazada.
Tampoco nada
demás, obvio, pero el caso aquí es que la obligada confesión de la mujer sobrevino
luego después del nacimiento del bebé. El niño nació con nanismo, entregando el
gene de su padre. En virtud de ello, la madre no tuvo otra alternativa a no ser
confesar que había transado con el enano durante la fiesta.
Tal
revelación sorprendió hasta las amigas de la mujer que estaban en la fiesta de despedida.
Según ellas, nadie llegó a ver cuándo la novia desapareció con el enano
stripper ni donde ocurrió el encuentro en la horizontal.
Por ende, después
de la divulgación del “animado complejo” fueron registrados varios nuevos
videos en “YouTube” con fiestas de ese tipo, por lo que, al final, cabe
preguntarse: ¿lo qué estarán tentando justificar ahora con tantos acrecimos?...
¡Pobre Agamenón!
(*) Por
si está dispuesto, pase por http://guillermobasanez.blogspot.com.br/ “Infraganti!!! Imágenes sin retoque”. Allí lo aguardan algunas imágenes
instantáneas del cotidiano. Además, mis libros están en www.clubedeautores.com.br/carlosdelfante
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