domingo, 26 de outubro de 2014

Tarjeta de Crédito Estropea la Velada


Uno no necesita de mucho seso para entender que las tarjetas de crédito al igual que el crédito en general, pueden ser beneficiosas o perjudiciales de acuerdo a su uso. Por tanto, el uso responsable maximiza las ventajas y disminuye considerablemente las desventajas, y hasta evita el estrés cuando nos recusan el crédito. Ergo, lo peor que uno puede hacer es tomar a la tarjeta de crédito como una extensión del ingreso. El no planificar los gastos a realizar con tarjeta a veces nos puede llevar a rebasar nuestra capacidad de pago y generar a uno situaciones no deseadas.

Del mismo modo, decidir cuándo usar su tarjeta de débito y cuándo usar su tarjeta de crédito no es una decisión que debe tomarse a la ligera. La tarjeta de crédito es una herramienta para comprar ahora y pagar después. La tarjeta de débito es para comprar y pagar en el mismo instante, como si fuera efectivo. No obstante, ambas tarjetas pueden jugar un papel importante en su plan de administración financiera. Aunque bien sabemos que hoy día es incontestable que no está fácil para nadie cuando la cuestión envuelve dificultades financieras.

Fíjese usted a qué punto puede llegar la imprudencia del mal uso de las tarjetas, que el propio Barack Obama, presidente de los Estados Unidos, pasó por un inoportuno e inadecuado malestar, nada menos que después de haber cenado con su esposa Michelle Obama en un restaurante de Nueva York en una noche del mes de septiembre de 2014, para la cual imaginara una velada romántica.

Según afirma el sitio “NY Mag”, después de finalizada la reunión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, -vaya uno a saber con qué intenciones oscuras-, Obama decidió cenar con la esposa, pero tuvo su tarjeta de crédito recusada y consecuentemente el desmayo del pajarito -que no era Chaves.

La historia fue revelada por el propio Obama en una entrevista colectiva dada el viernes 17, cuando relató: “Creo que yo no uso mucho mi tarjeta y ellos pensaron que se trataba de un fraude”, explicó poco antes de firmar una ley contra el robo de identidades. Y añadió que quien pagó la cuenta fue Michelle: “¡Por suerte, Michelle estaba con la suya!”, comentó a las carcajadas.

Entendidos en estos asuntos bancarios, dicen que hace sentido que su tarjeta haya sido bloqueada. Obama es un cliente con renta variable. Tiene cuentas muy caras y, para empeorar, efectúa pagos en locales muy diferentes por todo el mundo. Por ende, ante dichos estándares los sistemas de las operadoras de tarjetas se inclinan a pensar que muchas de esas operaciones son un fraude y bloquea el pago.

 “Durante la Asamblea General de la ONU, en Nueva York, fui comer en un restaurante, y mi tarjeta de crédito fue recusada”, contó el presidente, despertando risas entre los funcionarios que fueron a verlo presentar medidas para luchar contra el fraude con tarjetas de crédito y robo de cédulas de identidad.

“Imagino que haya sido porque no la uso lo suficiente (...) Habrán creído que era un golpe”, acrecentó. “Intenté explicar para la joven que ya había pago todas mía cuentas...”, bromeó.

Más tarde, al ser cuestionado en el “briefing” diario a la prensa sobre los motivos por los cuales la tarjeta de Obama fuera recusada -y sobre lo que él haría más tarde con Michelle-, el portavoz de la Casa Blanca dijo no tener informaciones sobre el asunto.

Durante la referida reunión, Obama firmó un decreto que impone a las agencias y órganos federales el uso de un código secreto y chip electrónico como tecnología en las tarjetas de crédito y de débito.

Alcanzado por lo pináculos de la Nada, reflexiono analogías sobre las abstención de lo real que, tan absurdo cuanto cretino, me hace concluir que nuestras amenidades continúan exóticas, así como las investidas contra la orfandad del urbe, y lo que es más dramático, teniendo siempre en vista el lado ilusorio de la democracia… ¡Enervante!
(*) Por si está dispuesto, pase por http://guillermobasanez.blogspot.com.br/ “Infraganti!!! Imágenes sin retoque”. Allí lo aguardan algunas imágenes instantáneas del cotidiano. Además, mis libros están en www.clubedeautores.com.br/carlosdelfante 

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