Desde ya, mi pasional lector, le aviso que las emociones asociadas al amor suelen
ser extremadamente poderosas, llegando con frecuencia a ser irresistibles. Por
tanto, tenemos que el amor en sus diversas formas actúa como un importante
facilitador de las relaciones interpersonales y, debido a su importancia
psicológica central, pasa a ser uno de los temas más frecuentes en las artes
creativas como lo es el cine, la literatura y la música… O en las técnicas
destructivas, como suele apreciarse seguidamente en los medios de comunicación.
Sin embargo, sabios afirman que los seres humanos podemos desarrollar en
esencia dos tipos de actitudes: bajo una de ellas somos altruistas y
colaboradores, y bajo la otra somos egoístas y competidores. Entretanto, menguados
dicen que todas las otras tipologías se incluyen dentro de estas dos naturalezas.
Como sea, sabemos que existen personas totalmente polarizadas hacia una de las
dos actitudes por voluntad propia; como por ejemplo los monjes budistas, que
están totalmente volcados hacia el altruismo, en cuanto que los practicantes
del objetivismo se inclinan hacia el egoísmo.
También existen personas que combinan a sabiendas ambas formas de ser,
comportándose, unas veces, de forma altruista y colaboradora, otras, de forma
egoísta y competitiva, mientras que en otras, de forma parcialmente altruista y
competitiva. En todo caso, en algunas partes del mundo predomina el altruismo,
como por ejemplo en Tíbet, de modo que allí el egoísmo se ve en general como
algo negativo. Aunque también existan grupos humanos donde sucede lo contrario.
No olvidemos que todas las guerras de la historia nacieron del egoísmo por
parte de, al menos, uno de los dos bandos. Así que, por definición, todas las
situaciones conflictivas del ser humano proceden del egoísmo.
Igualmente
se da el caso, según consta en la Biblia, de que “el infierno parece ser mejor
de que tener que encarar una mujer en furia”. A su vez, el enajenado filósofo alemán
Friedrich Nietzsche, decía que “en el amor y en el odio, la mujer llega a ser más
bárbara que los hombres”.
Menciono
todo esto, porque conforme noticia del periódico “Daily Mail”, la inglesa Torz
Reynolds, de 26 años, llevó toda y cualquier definición de venganza conocida hacia
un otro nivel, al descubrir la traición cometida por su ex novio. Para ello,
sin que le tremiese la mano, se recortó el tatuaje con el nombre del susodicho y
le envió el pedacito de piel de su brazo por el correo.
En un
principio, esta londrina acreditaba piamente en la historia que él le contaba,
ya que el muchacho le decía que iría emigrar para Alaska después de haber
conseguido el empleo de sus sueños. No en tanto, su historia era conversa para
buey dormir o, en este caso, para inglés ver. Resulta que el ex novio se había mudado
para otra ciudad junto con otra mujer. Semanas después de descubrir la traición,
Torz resolvió vengarse de una manera agresiva. Se recortó el pedazo de piel del
brazo donde estaba tatuado el nombre del ahora innombrable ex.
En su
entrevista al Daily Mail, ella contó haber llevado una hora y media para realizar
el “recorte” de la piel con un bisturí. Entonces colocó el pedazo de epidermis
en un frasco y se lo envió. Torz todavía tuvo la sutileza de rastrear la encomienda
y saber cuándo él recibiría el paquetito. Chopper, el mentiroso, de 24 años, fue
procurado por los reporteros del diario, pero no quiso comentar el asunto ni
disertar sobre esa venganza corajosa o absurda de su encantadora ex.
Por su
vez, dando continuidad a los arrebatos del amor, vi que en el “Huffington Post”
también aparece Ashley Prenovost, una encantadora joven norteamericana que vive
en el estado do Arizona, y todo porque ésta resolvió quebrar la casa entera después
de discutir con su novio... ¡Ah! ¿Quiere saber el motivo?
Es que el
egoísta de su novio se recusó a practicar sexo con ella… ¡Habrase visto tamaña
estupidez! En todo caso, la confusión aconteció en la ciudad de Glendale, y
Ashley acabó siendo presa por cuenta de la pelea… Aunque mi vecino diga que en
pelea de marido y mujer uno nunca se debe meter. Pero dando seguimiento a tan
nervioso asunto, de acuerdo con la policía, ella tendría llegado a su hogar después
de pasar la noche fuera de casa. Alcoholizada, se quitó la ropa sin demora y exigió
que el dormilón de su novio transase con ella.
El lagañoso
muchacho, viendo el estado de embriaguez de su compañera, se recusó a mantener relaciones
conyugales. Fue lo suficiente para que Ashley agarrase a la hija de ellos, de
apenas 4 meses, y saliese gritando y berreando por toda la casa. No satisfecha
con su escándalo, comenzó a golpear las paredes y otros objetos, hasta acertar
un portarretrato y cortarse la mano. Cuando la policía llegó a la residencia,
ella estaba desnuda y ensangrentada, intentando escapar por el garaje de la
casa.
Detenida
en flagrante, ahora tendrá que enfrentar las acusaciones de agresión, alteración del orden público y por colocar la vida de su propia hija en riesgo, una vez que la niña
se encontraba en la residencia en el momento de la confusión.
Considero
que estas cosas inusuales nada más ocurren en los individuos cuando en
ocasiones el deseo ha tomado posesión absoluta del cuerpo para servirse de él,
perdonando el materialista y utilitario símil, como si de una herramienta de
uso múltiple se tratara, tan habilitada para pulir como para labrar, tan
potente para emitir como para recibir, tan minuciosa para contar como para
medir, tan activa para subir como para bajar… Y es cuando le pregunto, mi
amoroso leyente: ¿Y dónde miércoles quedó la caricia, el beso, la dulce
palabra?
(*) Dentro de la misma línea y condición de
este Blog, dese una vueltita por “Infraganti!!! Imágenes sin retoque”, un blog
que contiene apenas instantáneas del cotidiano. Disfrútelo visitando http://guillermobasanez.blogspot.com.br/ y pase por mis libros en el sitio: www.clubedeautores.com.br/carlosdelfante ...
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