Por lo
que se puede observar mundo afuera, percibimos que de a poco van queriendo aflorar
los rasgos de una nueva coyuntura económica mundial. Por tanto, esos ademanes que
vienen ocurriendo de manera perceptible, son los mismos que caracterizarán un
ciclo que acompañará a los vivientes durante algunos años. Será cuando los
países avanzados iniciarán una fase de recuperación, mientras en la cabeza de
los mandatarios la discusión seguirá centrada sobre la firmeza y estabilidad
del crecimiento y sobre los entendimientos entre la política y la economía.
En
verdad, se tratará de un ciclo más de “destrucción creativa”, un concepto que fue ideado por el sociólogo alemán
Werner Sombart y tan bien popularizado por el
economista austriaco Joseph Schumpeter en su libro “Capitalismo, socialismo y democracia” (1942); una notoriedad que ha venido
caracterizado la historia del capitalismo a través del tiempo. Evidente que
tampoco esta vez será su fin. Por el contrario, no hay por qué asustarse, todo
parece ir en la dirección de su fortalecimiento ante el fracaso de los
proyectos alternativos.
Cabe resaltar que para Schumpeter, las innovaciones de los emprendedores
son la fuerza que hay detrás de un crecimiento económico sostenido a largo
plazo, pese a que ello pueda destruir en el camino el valor de compañías bien
establecidas.
Concentrándonos
nuevamente en lo inicial del tema, por su parte, veremos que los países
emergentes que atravesaron un período dorado, deberán remontar una senda más
empinada. Bajarán los precios de sus exportaciones, depreciarán un poco sus
monedas, aumentará la competencia, habrá menor acceso al financiamiento y
cambiarán los flujos de capital. Por tanto, los países que se hicieron fuertes
a través del ahorro, la inversión, la innovación y la competitividad, serán los
que tendrán mayores oportunidades para navegar en estas aguas futuras.
Por otro
lado, aquellos “países fiesteros” que nada más se beneficiaron de una riqueza
inesperada pero agotable al fin, que no resolvieron a tiempo las debilidades
estructurales del crecimiento ni invirtieron en capital humano o
infraestructura, obviamente que tendrán dificultades mayores. Y eso se debe a como
sucedió muchas veces en el pasado, donde la elevación de la riqueza no fue
aplicada al mejoramiento de la productividad. Por ello, sin necesidad de
abismarnos, notaremos que sólo se buscó aumentar el consumo hasta el límite, se
sacrificó la competitividad, se protegió el mercado interno, se favoreció una
industria primitiva, se debilitó el comercio, se emprendieron políticas populistas
y el gasto público resultó cada vez más caro e ineficaz… Y esa es la foto que
tenemos.
Pero resulta
que los dirigentes políticos se olvidaron que cuando se debilitan los ingresos
por exportación, el modelo se torna insostenible. Y a partir de ahí nace una
cadena conocida de sucesos tales como el déficit fiscal, inflación,
devaluación, caída del producto y del empleo, conflictos políticos y sociales
acompañados por la búsqueda de culpables… Argumento muy explorado durante las
campañas de los candidatos a algún cargo máximo en la política local.
Pienso
que lo que ha ocurrido recientemente no es más que eslabones de una secuencia
que se ha repetido como un calco a lo largo del siglo XX entre los vecinos de
mi quintal, donde Argentina y Venezuela parecen ser los maestros. En todo caso,
Brasil y Uruguay se quedaron por la mitad de la tabla pero debiendo lamentar la
pérdida de oportunidades en uno de los mejores momentos de la historia, lo cual
les hubiera permitido el tránsito de países solamente más ricos, a países
desarrollados.
Así pues,
dentro de ese contexto, Uruguay y Brasil tuvieron un desempeño híbrido.
Participaron activamente en la liturgia de las cumbres abrazándose con los
caudillos herederos de la guerra fría, profetizando juntos sobre un socialismo
desconocido que ni existe ni se sabe cómo es. Coincidiendo en la exaltación de
la burocracia y del gasto improductivo con fracasos estrepitosos en la gestión
y de la mano de una preferencia por el conflicto y el autoritarismo.
La
mayoría de los que hacen parte del partido que gobiernan estos dos países hace
más de una década, junto con los sindicatos, soñó con aplicar las estrategias
de Cristina y de Chávez, aunque el casi permanente litigio con Argentina llegaba
a inhibir las exteriorizaciones. Pero es destacable la coincidencia entre el
antagonismo hacia el agro, simultáneo con la sumisión deshonrosa profesada
hacia la Vaca Muerta.
En este
país de aquí, mi amigo lector, los problemas son cualitativamente parecidos,
pero da qué pensar que su virulencia ha sido atenuada. Sin embargo, en un año
que se irá complicando y que además será electoral, gastar tanto y tan mal como
lo han hecho hasta ahora, o eso de remunerar tan bien lo que tiene tan baja
productividad y tan mal aquello que es más competitivo, es evidente que aleja al
país de mejores oportunidades… Veremos que resulta de las urnas.
(*)
Dentro de la misma línea y condición de este Blog, dese una vueltita por “Infraganti!!! Imágenes sin retoque”, un
blog que contiene apenas instantáneas del cotidiano. Disfrútelo visitando http://guillermobasanez.blogspot.com.br/ y pase por mis libros en el sitio: www.clubedeautores.com.br/carlosdelfante ...
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