Sería
común si este relato se refiriese exactamente a todos aquellos que se pelean,
se arañan o se muerden. Lo que de por sí es algo normal entre los que tienen
genios opuestos y nervios exaltados. Pues le advierto que todo por lo
contrario, el escrito se debe a que en un abrigo de animales de Budapest que
estaba lleno de solicitaciones de adopción de gatos negros antes del día de
Halloween, se terminó por descubrir que los pedidos provenían de grupos
satanistas, por lo que decidieron no entregar ninguno de los felinos antes de la
fiesta que fue celebrada el viernes 31 de octubre en dicha ciudad.
“Infelizmente,
esos gatos son adorados por los satanistas, que quieren sacrificarlos en
rituales de magia negra durante el periodo de Halloween, una celebración de
inspiración pagana que coincide con el Día de Todos los Santos católico”, llegó
a indicar Kinga Schneider, la directora del “Arca de Noé”, el mayor abrigo de
animales de Hungría.
Es que los
administradores del abrigo percibieron que a cada año que pasaba, el número de
adopciones de gatos negros crecía antes de la fiesta… “Entonces decidimos no
dar cualquier gato entre mediados de octubre y mediados de noviembre”, explicó
Schneider, cuyo sitio web muestra un gato con una cruz roja durante el período
crítico… Que no es igual que el de las mujeres en general. Pero fuera este
detalle escatológico y, según ella,
después de Halloween, estos extraños candidatos para la adopción “nunca vuelven”.
Por otro
lado y muy cerca de estos pueblos, lo que tenemos son perros reducidos a salchichas
y gatos cocidos, pues muchos suizos aún se alimentan con estos animales, según
apunta una organización de defensa de los bichitos desamparados que envió un
abajo-firmado al Parlamento para acabar de una vez con esa práctica.
Por iniciativa
de la “SOS Chats Noiraigue”, a petición, que pide la prohibición de consumo de
carne de gato y de perros en Suiza, ya reunió cerca de 16.000 firmas.
“Cerca del 3% de los suizos come secretamente carne de
gato o de perro. Esta práctica es vista principalmente en las regiones de
Lucerna, Appenzell, Jura y en el cantón de Berna”, explicó a la Agencia AFP,
Tomi Tomek, la fundadora y presidente de la asociación. Ella reconoce que es
imposible cuantificar el número de animales que son sacrificados para este
glotón pasatiempo.
En todo
caso, la carne de perro es usada principalmente para fabricar salchichas y su
gordura usada combatir el reumatismo. Cuanto a la carne de gato, ella es
consumida cocida durante el periodo de Navidad, especialmente en los cantones
de Berna, Lucerna e Jura, según la “SOS Chats Noiraigue”.
“El
Parlamento no hará nada si las personas no protestan contra la situación. Los
suizos tienen que limpiar su propia casa”, acrecentó Tomek mostrando las uñas… Quizás
sin ella imaginar que por aquí suele ser igual.
“Hoy nosotros
no podemos hacer nada, una vez que no es prohibido por ley cualquiera comer su perro
o su gato. No podemos siquiera denunciar aquellos que se dedican a esta práctica
culinaria. Por eso, simplemente pedimos la adicción de un parágrafo a la ley
relativa a la protección de los animales domésticos”, acrecentó, segura de
alcanzar su objetivo, ya que esta misma asociación ya conquistó la prohibición
del comercio de pieles de gato en 2013.
Al final, y
sabiendo ser poco común tornarse conciencia de tantas potencialidades
simultaneas, aprovecho esta animalesca ocasión en que la inteligencia colectiva
parece exhibir con los pies lo que podría haber sido hecho con las vísceras
para, humilde, reconocer que todo esto no pasó de un ventrílocuo hablando
conmigo mismo para justificar tantos motivos del conocido espíritu de
participación comunitaria… ¡Sorprendente!
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