Muchos son contra, algunos a favor, pero el caso es que la pena de muerte, pena capital o ejecución, son sanciones penales que suelen denominarse “delitos
capitales” que implican en la muerte de criminales y disidentes políticos y que
hasta el presente ha sido empleada por algunas sociedades en un momento de su
historia, tanto para castigar el crimen como para suprimir la disidencia
política.
Aunque la mayor parte del mundo ha desterrado la pena de muerte de sus
inventario jurídico, se sabe que algunos intransigentes de ciertos países
siguen imponiendo pena capital por actos como mantener relaciones sexuales
consentidas fuera del matrimonio, oponerse al gobierno, ofender a la religión o
incluso beber alcohol. Esto ocurre a pesar de que el derecho internacional
prohíbe a los Estados imponer condenas a muerte por ninguno de estos delitos.
Pues
bien, lo que ahora se sabe, es que una corte de justicia del norte de China esta
semana terminó por inocentar a un hombre de la acusación de estupro. El caso es
que Huugjilt, un joven chino de la etnia mongol, fuera declarado culpado en
1996 por un caso de abuso sexual y asesinato de una mujer china dentro de un baño
público.
La reciente decisión
fue anunciada en el microblog de la “Alta Corte del Pueblo de Mongolia Interior”,
sólo que con algo de atraso, pues Huugjilt murió hace dieciocho años después que
fuera ejecutada su pena de muerte.
Conforme afirmó
la agencia de noticias china “Xinhua”, el vicepresidente de la corte, Zhao
Jianping, le ofreció -aunque un poco tarde- sus “sinceras disculpas” a la familia
de Huugjilt.
Los
familiares del joven, que en ese entonces tenía tan sólo dieciocho años cuando
recibió la sentencia, ahora tendrán derecho a recibir 30 mil yuans (US$ 5 mil)
como pedido de disculpas de la corte, aunque estos fueron avisados que además
podrían reivindicar una compensación de valor indefinido… Todo dependerá de la
astucia del abogado que ellos elijan.
Como sea, la
misma agencia “Xinhua” había noticiado previamente que un estuprador y asesino
en serie había confesado el mismo crimen en 2005, luego después de haber recibido
la sentencia de muerte por otros casos. Entretanto, él nunca fue juzgado por el
crimen de 1996 y aun aguarda en la fila para ser ejecutado.
Por si alguno
no lo sabe, China es acusada de ejecutar más presos por pena de muerte que todo
el resto del mundo sumado… Eso evidencia que, siendo tantos como son, uno más o
uno menos no se nota entre el gentío.
Entre tanto,
el gobierno de este país donde el tropel tiene ojos oblicuos, no revela estadísticas
sobre ese dato. Pero se sabe que el juzgamiento de Huugjilt, que como muchos mongoles
utiliza apenas un nombre, aconteció en un momento que la policía y las cortes de
justicia recibían presión extra por encontrar y punir criminales, algo que
acontece periódicamente en el país.
¿Vieron? Esto no es más que una prueba de la vida solsticial en las
estepas chinas. El caso es que, al contrario de las enaltecidas cosas realizadas
por el hombre de lata del Mágico de Oz, este mongol ya no respira, aspira,
conspira, suspira, traspira y expira, pues como el leyente ya tendrá percibido,
ni mismo la imaginaria secuencia tan calorosamente desodorizada por los jueces
de la corte para la asepsia de los aplausos finales, le devolverá la vida…
¡Totémica estupidez!
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