segunda-feira, 22 de dezembro de 2014

La Muerte Primero, el Perdón Después


Muchos son contra, algunos a favor, pero el caso es que la pena de muerte, pena capital o ejecución, son sanciones penales que suelen denominarse “delitos capitales” que implican en la muerte de criminales y disidentes políticos y que hasta el presente ha sido empleada por algunas sociedades en un momento de su historia, tanto para castigar el crimen como para suprimir la disidencia política.

Aunque la mayor parte del mundo ha desterrado la pena de muerte de sus inventario jurídico, se sabe que algunos intransigentes de ciertos países siguen imponiendo pena capital por actos como mantener relaciones sexuales consentidas fuera del matrimonio, oponerse al gobierno, ofender a la religión o incluso beber alcohol. Esto ocurre a pesar de que el derecho internacional prohíbe a los Estados imponer condenas a muerte por ninguno de estos delitos.

Pues bien, lo que ahora se sabe, es que una corte de justicia del norte de China esta semana terminó por inocentar a un hombre de la acusación de estupro. El caso es que Huugjilt, un joven chino de la etnia mongol, fuera declarado culpado en 1996 por un caso de abuso sexual y asesinato de una mujer china dentro de un baño público.

La reciente decisión fue anunciada en el microblog de la “Alta Corte del Pueblo de Mongolia Interior”, sólo que con algo de atraso, pues Huugjilt murió hace dieciocho años después que fuera ejecutada su pena de muerte.

Conforme afirmó la agencia de noticias china “Xinhua”, el vicepresidente de la corte, Zhao Jianping, le ofreció -aunque un poco tarde- sus “sinceras disculpas” a la familia de Huugjilt.

Los familiares del joven, que en ese entonces tenía tan sólo dieciocho años cuando recibió la sentencia, ahora tendrán derecho a recibir 30 mil yuans (US$ 5 mil) como pedido de disculpas de la corte, aunque estos fueron avisados que además podrían reivindicar una compensación de valor indefinido… Todo dependerá de la astucia del abogado que ellos elijan.

Como sea, la misma agencia “Xinhua” había noticiado previamente que un estuprador y asesino en serie había confesado el mismo crimen en 2005, luego después de haber recibido la sentencia de muerte por otros casos. Entretanto, él nunca fue juzgado por el crimen de 1996 y aun aguarda en la fila para ser ejecutado.

Por si alguno no lo sabe, China es acusada de ejecutar más presos por pena de muerte que todo el resto del mundo sumado… Eso evidencia que, siendo tantos como son, uno más o uno menos no se nota entre el gentío.

Entre tanto, el gobierno de este país donde el tropel tiene ojos oblicuos, no revela estadísticas sobre ese dato. Pero se sabe que el juzgamiento de Huugjilt, que como muchos mongoles utiliza apenas un nombre, aconteció en un momento que la policía y las cortes de justicia recibían presión extra por encontrar y punir criminales, algo que acontece periódicamente en el país.

¿Vieron? Esto no es más que una prueba de la vida solsticial en las estepas chinas. El caso es que, al contrario de las enaltecidas cosas realizadas por el hombre de lata del Mágico de Oz, este mongol ya no respira, aspira, conspira, suspira, traspira y expira, pues como el leyente ya tendrá percibido, ni mismo la imaginaria secuencia tan calorosamente desodorizada por los jueces de la corte para la asepsia de los aplausos finales, le devolverá la vida… ¡Totémica estupidez!

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