Sí, digo más bien, porque
hasta que uno no sienta la
verdadera alegría de la Navidad, ella no existe. Todo lo demás es apariencia,
muchos adornos.
Porque no son los adornos, no es la nieve. No es el árbol, ni la chimenea.
La Navidad es el calor que vuelve al corazón de las personas, la generosidad de
compartirla con otros y la esperanza de seguir adelante.
Evidente que ella viene cada año y vendrá siempre. Y con la Navidad vienen
los recuerdos y las costumbres. Esos recuerdos cotidianos humildes a la que
todas las madres se agarran tal cual la Virgen María en los rincones secretos
de su corazón.
Por tanto, y respetando la creencia de todos, vivamos el carpe
diem…
¡¡¡LES DESEO UNA FELIZ NAVIDAD Y UN INSUPERABLE 2015!!!
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