Los filósofos y los científicos siempre se han preguntado de dónde viene la
imaginación humana. En otras palabras, qué hace a los seres humanos capaces de
crear arte, inventar herramientas, pensar científicamente y realizar otros
comportamientos tan diversos. En verdad, eso se debe a un “espacio de trabajo
mental” del cerebro, que manipula conscientemente las imágenes, símbolos, ideas
y teorías, y da a los humanos el enfoque mental necesario para resolver
problemas complejos y llegar a nuevas ideas.
Pues
justamente en base a ese trabajo
mental, fue que un investigador de la Universidad de Tasmania usó su conocimiento sobre el
tumor que está matando los demonios de Tasmania para ayudar a prever lo que puede
acontecer durante un “apocalipsis zombi” en la vida real.
Nick Beeton
es uno de los tres colaboradores australianos para un libro destinado a
estudiantes llamado “Modelaje Matemática de Zombis”, que fue publicado por la “Universidad
de Ottawa”, lo que deja claro cómo se puede desperdiciar fácilmente el dinero
de los contribuyentes.
En dicho
libro, los académicos de todo el mundo discuten aspectos de la lucha contra la
hipotética plaga de zombis como método para ayudar a educar a los alumnos sobre
las técnicas de modelaje matemática.
En verdad, Beeton
completó su doctorado sobre el tumor que amenazó terminar con esos marsupiales
en estado salvaje. Por eso que su capítulo explora la trasmisión de la peste y
como la población podría estar protegida de zombis. Según él, había claros
paralelos con una plaga de zombis de ficción, incluyendo la trasmisión de enfermedades
a través de la mordida.
“Esto es una
parte natural del comportamiento de estos diablos, pues ellos irán luchar por
comida y algunas veces hasta van morderse unos a otros en cuanto aparejan”, afirma
Beeton… “Uno realmente ve zombis atacando a las personas, o corriendo en dirección
a ellos, dependiendo del tipo de filme de zombis que se esté asistiendo”,
agregó, en cuanto afirmaba que cada enfermedad era única y por ello la modelaje
sobre la trasmisión era importante.
“Uno medio
que mira para eso y luego piensa en el ‘apocalipsis zombi’. Eso es un poco forzado.
Pero cuando compara los dos, especialmente enfermedades de animales salvajes, hay
realmente algunas cosas extrañas y únicas”, afirmó el investigador… “Pensar en zombis no es realmente tan improbable
cuanto se podría pensar.
No en tanto,
los otros capítulos del libro miran hacia la difusión espacial de los muertos-vivos
y zombis.
Por otro
lado, los colaboradores de esta publicación esperaban que el escenario
imaginativo del libro los fuera mantener enfocados en técnicas de modelaje
matemática para el mundo de todos los días.
“Algo como
zombis excita la imaginación. Por eso, si usted consigue hacer que eso impacte a
los alumnos, ellos van pensar: 'bien, en verdad, matemática es legal, podemos
modelar zombis', de modo que eso es siempre una ventaja agradable”, bromeó
Beeton.
El libro está
clasificado como una manera de prever lo imprevisible. Está siendo promovido
como ecuaciones diferenciales de enseñanza, estimativas estadísticas, modelos
de tiempo discretos y estrategias adaptativas para ataques de zombis.
Beeton es
uno de los 14 colaboradores para el libro de la “Universidad de Ottawa”
realizado por el profesor de biomatemática, Robert Smith, que también es un fanático
de la ficción científica. Además, el libro incluye un prefacio del ex editor del
guion de “Doctor Who”, Andrew Cartmel, un fanático confieso de zombis.
Sabiendo esto, ya no hay duda alguna, pues nuestros resultados imaginativos
nos acercan a la comprensión de cómo la organización de nuestro cerebro nos
diferencia de otras especies y nos proporciona una rica zona de juego interno
para poder pensar libremente y con creatividad, mismo que para ello ya no
seamos zombis de ficción… ¡Maquiavélico!
(*) Si le parece bien, visite el blog “Infraganti!!!
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